Tras la crisis financiera de hace 15 años, la caída ahora de SVB devuelve a la primera línea las dudas sobre la estabilidad financiera de los bancos
NotMid 11/03/2023
USA en español
Los bancos han vivido horas de vértigo bursátil. El sector financiero ha hecho saltar las alarmas de los mercados en un movimiento de contagio que comenzó el jueves en Estados Unidos y terminó afectando ayer viernes a las grandes entidades europeas ante el temor a que el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) no sea algo aislado.
SVB es una entidad especializada en financiar compañías de nueva creación, start-ups y venture capital, que el jueves se vio obligada a lanzar una ampliación de capital de 1.750 millones de dólares para cubrir una pérdida de 1.800 millones generada tras la venta de 21.000 millones en su cartera de bonos. La compañía también llevó a cabo una revisión a la baja de su guidance para 2023 y ambos hechos provocaron una salida despavorida de los inversores en el valor. Sólo el jueves, sus títulos en Wall Street se desplomaron un 60% y los temores se propagaron rápido al resto de mercados.
Europa
Primero hacia Asia, donde el sector financiero encajó también un severo castigo, y horas después hacia Europa. Los principales bancos de los principales índices bursátiles del Viejo Continente sufrieron caídas que mantuvieron en vilo a los inversores durante toda la sesión. El Stoxx Europe 600 Banks index terminó con un descenso del 3,9%. En Alemania, Deutsche Bank encabezó el retroceso del Dax con una bajada del 7,35%, y en el Ibex 35 español, los bancos se dejaron casi 5.600 millones de euros de valor en capitalización con un descenso del 5,11% en el caso del Banco Sabadell (374 millones de euros menos) y del 4,22% en el caso de Bankinter (257 millones). Santander, por su parte, bajó un 4,21% (2.708 millones); BBVA, un 3,41% (1.590 millones); Unicaja, un 2,53% (79 millones); y CaixaBank, un 1,8% (589 millones).
El cierre de la sesión bursátil en Europa coincidió con las noticias procedentes de Estados Unidos, donde los reguladores financieros terminaron anunciando el cierre del Silicon Valley Bank por falta de liquidez e insolvencia. El Departamento de Protección Financiera de California, donde la entidad tiene su sede, explicó en un comunicado que ha tomado posesión de SVB y que ha transferido a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, en inglés) la gestión de sus activos.
DUDAS Y TEMORES
Para entonces, los inversores ya habían dado muestras en los mercados de sus temores crecientes. “El problema del caso SVB es que surge el miedo a que los clientes retiren los depósitos, el riesgo de una posible crisis de liquidez y el efecto contagio sobre el sector”, apuntan desde el departamento de Análisis de Bankinter.
Tras la crisis financiera de hace 15 años, el colapso ahora de SVB ha devuelto a la primera línea las dudas sobre la estabilidad financiera de los bancos a uno y otro lado del Atlántico. Los inversores temen por el valor de las carteras de bonos de los bancos y la caída de los depósitos, sin embargo, los analistas llaman a evitar el alarmismo. “El episodio del jueves hay que contextualizarlo. SVB es un banco con un perfil muy particular que se dedica a financiar empresas muy jóvenes en EEUU, por tanto empresas que necesitan mucha financiación para ponerse en marcha y que han tenido que hacer frente a una subida muy brusca de los tipos de interés”, señala Antonio Castelo, analista de iBroker.
¿Podría repetirse su situación en otras entidades? “En teoría, sí, pero en la práctica hay que tener en cuenta que es algo muy específico de un banco de ese perfil en EEUU. El mercado ahora mismo no está descontando que vaya a darse un cataclismo de la magnitud de la anterior crisis, pero no hay que obviar que el dinero es miedoso y que los inversores pueden tener en un primer momento una reacción como la que vimos ayer”, añade Castelo.
En el trasfondo de este episodio se encuentra también la vertiginosa subida de tipos que están llevando a cabo los bancos centrales de todo el mundo para intentar poner freno a la inflación. Hay quien interpreta, de hecho, que las caídas de estos días podrían ser una llamada de atención, una señal para ponerse en alerta ante las consecuencias de esa brusca normalización monetaria.
La Reserva Federal (Fed) de EEUU ya ha advertido de que los tipos podrían llegar más arriba de lo esperado y en Europa, el Banco Central Europeo (BCE) se prepara para una nueva alza del precio del dinero la próxima semana. A priori, tales aumentos benefician al negocio bancario, sin embargo, las empresas y hogares endeudados o con necesidad de financiación podrían afrontar situaciones más comprometidas. Y es aquí donde las entidades resultarían más afectadas.
“Aunque parezca un problema acotado, con estas caídas el mercado parece preguntarse si el dolor asociado a la subida tan vertical de tipos acumulada desde 2022 empieza a extenderse desde áreas de mercado más arriesgadas a áreas financieras más tradicionales”, explica el equipo de Análisis de Banca March.
Si los bancos se ven presionados a vender activos, se enfrentan a importantes ajustes de sus carteras de valores debido al aumento de los tipos de interés. Tras el crash de 2008, los bancos han hecho los deberes y llegan a este escenario con posiciones de capital más sólidas, bajas tasas de morosidad, buen nivel de provisiones y con el viento de los tipos de cara. A priori, se trata de una buena posición de partida para manejar el riesgo crediticio, pero la economía es también impredecible.
Agencias