Los documentos de los abonos entre 2016 y 2018 fueron entregados a Hacienda por el club azulgrana
NotMid 16/02/2023
DEPORTES
El Barcelona entregó a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) todas las facturas abonadas a la sociedad instrumental Dasnil, 95, S.L., propiedad del ex número dos de los árbitros españoles, entre los ejercicios 2016 y 2018.
La Agencia Tributaria requirió el 18 de enero de 2021 al club azulgrana la documentación que respaldara los pagos al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, y un mes después la entidad presidida entonces por Josep Maria Bartomeu puso a disposición de Hacienda un paquete de 33 facturas, a las que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO.
Todas ellas contenían el mismo concepto genérico, «elaboración y envío de vídeos técnicos al club» o simplemente «asesoramiento de vídeos técnicos», y reflejaban importes pagos que ascendían en total a 1.685.142,8 euros.
DE 45.000 A 90.000 EUROS
La primera de las facturas aportadas a la inspección fiscal por el Barça data del 12 de enero de 2016 y asciende a 45.228,8 euros. A esta le siguieron, con una periodicidad casi mensual, otros recibos de idénticas características pero que albergan cantidades con cifras completamente distintas. Las facturas de mayor importe ascendieron a 90.750 euros, IVA incluido, y la de menor cuantía, a 30.250 euros. El último de los recibos aportados a Hacienda tiene fecha de 5 de junio de 2018.
El Barcelona admitió al Fisco su «relación mercantil» con esta entidad y pidió una prórroga para atender el requerimiento correctamente y localizar toda la documentación.
“VÍDEOS TÉCNICOS”
En su contestación el club azulgrana indicó, tras ser requerido expresamente por Hacienda sobre la realización de los supuestos trabajos de Enríquez Negreira, que «éstos corresponderían a los que se encuentran descritos en las facturas que se han aportado». «Es decir», subrayó el Barça defendiendo la existencia de los mismos, «a la elaboración y envío de vídeos técnicos al club».
No obstante, precisó que «en cuanto a la identidad de la persona o personas que realizaron materialmente la prestación de servicios, es decir, la elaboración material de los informes y de los vídeos», el club «lo desconoce al tratarse de un asunto interno de la empresa».
También le preguntó la Agencia Tributaria al Barcelona, para intentar determinar si los pagos al número dos de los árbitros se correspondían con servicios reales o se trataba de una facturación ficticia, por el «lugar de realización» de las supuestas asesorías. La respuesta fue muy similar a la anterior. «Respecto al lugar de realización de los informes y vídeos, el club también lo desconoce al tratarse de un asunto interno de dicha empresa».
En cuanto al contacto de la sociedad del responsable arbitral, el Barça facilitó a la ONIF el del hijo de Enríquez Negreira. «En cuanto a la persona física de contacto de referencia en las relaciones económicas con la citada entidad, éste sería el Sr. Javier Enríquez», apuntó.
A su vez indicó que tanto la dirección como el teléfono con el que estableció contacto el club es el que figura en las propias facturas desveladas por este periódico. Este requerimiento fue contestado por el ex CEO del club azulgrana, Óscar Grau, que fue el directivo que hizo entrega de toda la documentación referida.
“NO PITAR EN SU CONTRA”
La Agencia Tributaria sostiene en los informes que elaboró al inspeccionar la sociedad Dasnil, 95, S.L. que «el Barcelona quería asegurarse» con los mencionados pagos «de que no se tomaban decisiones arbitrales en su contra, es decir, que todo fuera neutral». Así lo refleja aludiendo a lo que declaró ante el Fisco el propio directivo arbitral.
Los pagos se prolongaron hasta que Enríquez Negreira abandonó su puesto de vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). «Se constata que estos pagos dejan de producirse coincidiendo con el momento en el que el Sr. Enríquez Negreira deja su cargo en el CTA», subraya la Agencia Tributaria. El ex número dos de los árbitros españoles no ha podido documentar en qué consistieron realmente los servicios que prestó al club azulgrana.
Segunda entrega
Negreira amenazó por burofax al Barcelona: “Si no hay acuerdo, saldrán todas las irregularidades”
EL MUNDO desvela en exclusiva el burofax que envió el número dos de los árbitros a Bartomeu tras abortar sus pagos millonarios, donde le amenaza con destapar un gran «escándalo» al contar «sin miramientos las irregularidades del club que había conocido y vivido de primera mano»
El ex número dos de los árbitros amenazó por escrito al Barcelona con tirar de la manta y provocar un gran «escándalo» cuando el club le comunicó que le dejaba de pagar sus asesorías millonarias. José María Enríquez Negreira remitió un burofax al entonces presidente del club azulgrana, Josep Maria Bartomeu, al que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO, en el que le advirtió de que si dejaba de pagarle daría «publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con el club». Es más, subrayó que que lo haría «sin miramientos».https://omny.fm/shows/el-mundo-al-dia/esc-ndalo-arbitral-se-favoreci-al-bar-a/embed
Enríquez Negreira, que está siendo investigado por la Fiscalía por cobrar al menos 1,6 millones de euros del Barça en sólo dos años por supuestas asesorías arbitrales mientras era el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), envió la carta el 5 de febrero de 2019. En ese momento, la directiva del Barça que presidía Bartomeu ya había tomado la decisión de dejar de pagar a la empresa instrumental del directivo arbitral, Dasnil 95, S.L. El cese de los pagos coincidió con la salida de Enríquez Negreira del CTA y la última factura abonada por el club data de junio de 2018.
«Mi sorpresa y decepción ha sido mayúscula», comenzaba la airada misiva del ex vicepresidente de los árbitros a Bartomeu al saber que el club había roto la relación mercantil con su empresa, que se había prolongado durante décadas. «Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado», indicó a las primeras de cambio.
A continuación, y tras dejar constancia de su indignación, Enríquez Negreira pasó directamente a amenazar violentamente a Bartomeu. «Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los juzgados, lo que seguro acarreará consecuencias negativas. Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión», abundó. A renglón seguido, elevó todavía más el tono: «No creo que otro escándalo favorezca al club».
«Hasta la fecha y habida cuenta de la reciprocidad en el trato recibido por usted, el resto de hoy ex presidentes y el club, he considerado que me debía al respeto y decoro recibido», prosiguió, al tiempo que le quiso dejar claro que se habían acabado las contemplaciones. «Su actual actuación hacia mí, con el agravio y perjuicio que ello me conlleva, lamentablemente, me libera de tal autoimpuesta obligación». Toda vez que consideró que el club «se había permitido pisotear impunemente» sus «intereses y derechos».
No obstante, y tras la primera retahíla de intimidaciones, ofreció a Bartomeu un pacto de no agresión. «A pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes». Una alianza que, a su juicio, distaría mucho del «acuerdo desproporcionadamente injusto al que el club quiere someterme».
«No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club», prosiguió mientras volvía a desplegar su chantaje. «Pero usted», le inquirió a Bartomeu, «me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial».
«Tengo la razón y el derecho que amparan dicha reclamación», insistió. «Tanto usted como el Sr. Rosell», en referencia al también ex presidente del Barça, «como vicepresidente y presidente y viceversa, por no citar a más, convinieron conmigo los acuerdos que hoy ustedes pretenden incumplir impunemente».
«Desgraciadamente, frente a tal propósito no puedo quedarme cruzado de brazos», agregó. «Mi trabajo y servicios prestados para ustedes ha sido intachable, ni la CNA ni la RFEF pueden ni podrán reprocharme nada en este sentido».
El burofax concluye emplazando a Bartomeu a una cita en persona. «Le pido que mantengamos un encuentro privado entre nosotros dos, absolutamente confidencial, para poder resolver este asunto de forma definitiva por y para el bien de todos». «Quedo a la espera de que me convoque en tal sentido con carácter urgente. Caso contrario, entenderé que usted no sólo me obliga sino que me provoca para hacer cuanto esté en mi mano en defensa de mis intereses, sin miramientos». La presión la ejerció en paralelo mediante llamadas telefónicas y mensajes al presidente azulgrana, que evitó cualquier contacto.
Tercera entrega
Negreira cobró 6.659.488 euros del Barça desde 2001
Durante el mandato de Joan Laporta el entonces vicepresidente del Comité de Técnico de Árbitros pasó de ingresar 145.758 euros en la 2003/04 a dispararse hasta los 573.398 euros en la 2009/10
El ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) cobró 6.659.488 euros, sin IVA, del FC Barcelona desde el año 2001. Según los datos que obran en poder del club azulgrana, las empresas instrumentales de José María Enríquez Negreira percibieron 135.288 euros durante la temporada 2001/02, siendo Joan Gaspart presidente. Esa cifra se elevó mínimamente la siguiente temporada, ascendiendo a 139.535 euros.https://omny.fm/shows/el-mundo-al-dia/esc-ndalo-arbitral-se-favoreci-al-bar-a/embed
Al llegar Joan Laporta a la presidencia del club, la facturación de Negreira se incrementó considerablemente y pasó de ingresar 145.758 euros en la 2003/04 hasta que esa cifra se acabó disparando a los 573.398 euros en la 2009/10. Sandro Rosell mantuvo esas cantidades de manera prácticamente uniforme hasta el mandado de Josep María Bartomeu, que en dos años, tal y como reveló este periódico, le abonó 1,6 millones de euros por presuntas asesorías.
La Agencia Tributaria requirió el 18 de enero de 2021 al club azulgrana la documentación que respaldara los pagos a Enríquez Negreira, y un mes después la entidad presidida entonces por Josep Maria Bartomeu puso a disposición de Hacienda un paquete de 33 facturas.
Las diligencias, que fueron prorrogadas el pasado mes de octubre de 2022, se abrieron después de una denuncia de un particular y continúan su curso.
La Agencia Tributaria sostiene en los informes que elaboró al inspeccionar la sociedad Dasnil, 95, S.L. que «el Barcelona quería asegurarse» con los mencionados pagos «de que no se tomaban decisiones arbitrales en su contra, es decir, que todo fuera neutral»
Cuarta entrega
Negreira también chantajeó al Barcelona por el desvío de 720.000 euros a un directivo
EL MUNDO revela los 19 recibos con los que el Barça desvió 728.420 euros al directivo Contreras por «servicios educativos» / El ex número 2 de los árbitros advirtió que si le cortaban sus pagos las sacaría a la luz
El ex número dos de los árbitros españoles amenazó al FC Barcelona con destapar otros pagos por asesorías fantasma a un directivo del club si no restituían los suyos.
José María Enríquez Negreira trasladó, a través del burofax enviado a Josep Maria Bartomeu en febrero de 2019 desvelado en exclusiva por EL MUNDO, pero también mediante llamadas y mensajes al entonces presidente, que afloraría los desvíos de fondos a Josep Contreras, fallecido hace unos meses.
Este histórico miembro de las juntas directivas presididas por José Luis Núñez, Joan Gaspart o el propio Bartomeu, facturó al menos 728.420 euros al FC Barcelona entre 2015 y 2018 a través de una sociedad instrumental que también está siendo investigada por la Fiscalía y la Agencia Tributaria: Tresep 2014, S.L, que se dedica a la rehabilitación de viviendas. Contreras fue detenido en 2018 por la adjudicación irregular de obras de la Federación Catalana de Fútbol, investigada en el marco de la Operación Soule, que afectó al ex presidente de la RFEF Ángel María Villar.
Este periódico ha tenido acceso a las 19 facturas libradas por esta sociedad al Barça en el referido periodo y que el club azulgrana también entregó a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) en febrero de 2021 en el marco de la inspección de la trama de Negreira.
Todos estos recibos reflejan como concepto, al igual que ocurría con los pagos al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), labores de asesoría. Concretamente, «prestación de diversos servicios educativo-deportivos».
Las facturas, que suelen ascender en su mayoría a 29.040 euros, añaden de forma idéntica uno detrás de otro: «Con emisión de informes sobre la participación de los diversos actores de las diferentes competiciones deportivas y del seguimiento de aspectos que puedan interesar en un futuro en dicho ámbito educativo-deportivo».
Enríquez Negreira amenazó con «graves consecuencias» para la entidad azulgrana si hacía públicos, entre otros, los pagos a Contreras, de quien aseguraba en su burofax «que tampoco está mejor que el Sr. Rosell», en referencia al ex presidente del Barça que fue encarcelado acusado de cobrar comisiones ilegales de la Federación Brasileña de Fútbol y posteriormente absuelto. Sobre todo, subrayó Enríquez Negreira, «habida cuenta de cómo éste facturaba al club o éste a él». Es más, el ex número dos de los árbitros amenazó a Bartomeu con emprender acciones contra el club si mantenía su decisión de abortar sus pagos. En las mismas aseguró que implicaría a Contreras.
“DARÉ PUBLICIDAD A LAS IRREGULARIDADES”
«Estaré forzado a tener que hacer intervenir al Sr. Rosell y al Sr. Contreras en las actuaciones judiciales que iniciaré para defender, lógicamente, mis intereses y derechos que el club, sin decoro ni respeto, se ha permitido pisotear impunemente».
En el referido burofax, Enríquez Negreira intentó chantajear a Bartomeu añadiendo que «daría publicidad» a «todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con el club». Y añadió que lo haría «sin miramientos» porque, según él, no podía «quedarse de brazos cruzados» tras la decisión del Barça de poner punto y final a los pagos que venía percibiendo desde hacía dos décadas.
En total, y desde 2001, el ex vicepresidente de los colegiados cobró del Barça 6.659.488 euros, sin IVA, a través de sus sociedades pantalla a cambio de asesorías arbitrales. El club entregó a Hacienda 33 facturas que ascendían a 1,6 millones entre 2016 y 2018 por asesorías técnicas de vídeos arbitrales e indicó que no podía acreditar la autoría material de los trabajos porque se trataba de información confidencial de la empresa.
Por su parte, Negreira llegó a declarar ante la Agencia Tributaria que su labor consistía en intentar que los árbitros actuaran de manera «neutral» con el club azulgrana durante los encuentros.
Las comunicaciones internas del Barça cuando Hacienda exigió los pagos a Negreira: “No tenemos contrato, ¿lo decimos o nos hacemos los locos?”
EL MUNDO revela las comunicaciones internas del Barça tras exigir Hacienda los pagos al ‘número dos’ de los árbitros / El club constató que se le pagaba irregularmente
La Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) se dirigió al Barcelona a principios de 2021 para requerirle todos los pagos librados al ex número dos de los árbitros españoles. Los altos cargos del club buscaron de inmediato en los archivos de la entidad azulgrana y debatieron qué información pondrían a disposición del Fisco al tiempo que se sorprendieron por el material que obraba en su poder.
El jefe de Administración del club fue el encargado de revisar toda la documentación que albergaba el Barça y alertó de inmediato a sus compañeros: «Contrato escrito no hay».
La primera sorpresa fue que el club ni tan siquiera había suscrito un acuerdo formal con José María Enríquez Negreira para que prestara las asesorías millonarias por las que percibió 6,9 millones de euros durante, al menos, 17 años.
Por ese concepto el Barça le había venido pagando con carácter mensual hasta 90.000 euros mensuales mientras fue el vicepresidente del Comité Técnico de los Árbitros (CTA) sin que se suscribiera acuerdo alguno con el objetivo de ocultar la relación.
«No sé si preferís decirlo explícitamente o hacernos el loco», añadió literalmente Ángel Rocamora a los abogados externos a los que el club recurrió para contestar este requerimiento cuando comprobó que se había producido un pago recurrente en el tiempo sin el preceptivo respaldo contractual. Una irregularidad que el Barça había arrastrado desde que comenzó a pagar a Enríquez Negreira, todo indica que antes de 2001, siendo presidente José Luis Núñez.
EL MUNDO ha tenido acceso en exclusiva a las comunicaciones internas que se intercambiaron los cargos del club al iniciarse, hace ya dos años, la investigación tributaria sobre Enríquez Negreira, que ha estallado ahora provocando uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol español, que está siendo investigado ya por la Fiscalía de Cataluña.
“SON UN MONTÓN DE FACTURAS”
Rocamora se dirigió el 11 de febrero de 2021 a un letrado del despacho Centell-Folch Abogados de Barcelona, que se encargó de ayudar al club a gestionar la inspección tributaria con los menores daños colaterales posibles. «Las facturas son todas iguales y son un montón. Sólo cambia el mes», destacó el responsable administrativo del Barça tras tener en su poder la relación completa de pagos del club a la sociedad instrumental Dasnil 95, S.L., de Enríquez Negreira. Estos recibos reflejaban la supuesta realización de labores de «asesoramiento de vídeos técnicos».
Este responsable del club reportó también lo que habían encontrado en relación con otra de las sociedades reclamada por Hacienda, Tresep 2014, S.L., propiedad del histórico directivo Josep Contreras y al que se desviaron 728.000 euros por «servicios educativos» entre los ejercicios 2015 y 2018. Estos últimos pagos fueron esgrimidos por Enríquez Negreira contra el Barça cuando el club le dejó de pagar en 2018.
Lo hizo meses después a través del burofax amenazante que desveló EL MUNDO, en el que avisó que si hacía público el trasfondo de estas operaciones, provocaría un «escándalo» que acarrearía «graves consecuencias» para la entidad. Al igual que los pagos al ex responsable arbitral, estaban vacíos de contenido y Rocamora precisó que, como ocurría en el caso de Negreira, tampoco había sido hallado un contrato que formalizara la relación mercantil con él. Este periódico se ha puesto en contacto con los asesores fiscales de la sociedad de Contreras, que han asegurado que no han podido entregar a Hacienda los supuestos trabajos realizados al Barça por su cliente, fallecido hace unos meses. Aseguran que éste se había quedado con la copia de los mismos antes de morir y que no se las facilitó.
Entre otras cuestiones, Hacienda solicitó al Barcelona «la descripción detallada de los servicios prestados por los citados contribuyentes», en alusión a Enríquez Negreira y a Contreras, así como la documentación «que ampare los mismos».
Asimismo, exigió «la identidad de la persona o personas que realizaron materialmente la prestación de servicios», el «lugar» donde se habrían llevado a cabo y la «persona física de contacto de referencia».
LOS DETALLES, “INFORMACIÓN PRIVADA”
Tras una discusión interna, se confeccionó una contestación que trasladaba la responsabilidad a las empresas diciendo que los trabajos eran los que figuraban en el concepto de las facturas. Y que, para más información, debían ser requeridas las entidades. Todo ello bajo el argumento de que los detalles de cómo se llevaron a cabo los supuestos servicios era «información privada». En el caso de Enríquez Negreira, el Barça facilitó a la ONIF el contacto de su hijo Javier, que figuraba en la empresa.
El club hizo entrega al Fisco de los datos de facturación de las dos sociedades instrumentales pero se reservó tanto los detalles de los servicios prestados como el referido burofax amenazante de Enríquez Negreira, que revela que su relación con el club entrañaba prácticas ilícitas.
No en vano, el ex número dos del colectivo arbitral amenazó al entonces presidente Josep Maria Bartomeu con aflorar las «irregularidades» de las que había tenido conocimiento «de primera mano» durante su relación con el club. Destacó que haría estallar «sin miramientos» un gran «escándalo» y que sólo una reunión cara a cara con Bartomeu podría evitar el desastre.
El ex mandatario azulgrana rechazó la oferta, no se reunió con Enríquez Negreira y dio la orden de cortar los pagos. La última intentona de quien fuera árbitro de Primera consistió en llamar por teléfono al presidente azulgrana y espetarle, de nuevo en tono amenazante, que «estaba jugando con el dinero de su familia» y que se atuviera a las consecuencias.
Enríquez Negreira amenazó a la Federación con malos modos y exigió dinero al ser despedido
Intentó quedarse con Velasco Carballo o que crearan una asociación de ex árbitros con sueldo para él. Ante la negativa, pidió una indemnización
José María Enríquez Negreira, epicentro de un estallido sin precedentes en el fútbol español por haber cobrado del Barcelona 6,9 millones de euros mientras era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), intentó sobrevivir por todos los medios en la Federación Española de Fútbol tras la llegada de Luis Rubiales, pero sus maniobras no dieron fruto. La renovación de órganos impulsada por el nuevo presidente, en 2018, afectaba de lleno al CTA. La caída de Victoriano Sánchez Arminio, el presidente, arrastraba a Enríquez Negreira y otros componentes. Cuando fue inevitable, reaccionó de forma airada y chulesca, profirió «amenazas verbales», según el testimonio de varios interlocutores, y exigió una indemnización millonaria a la Federación.
El ex colegiado, que había accedido al cargo de vicepresidente en 1994, pretendía que toda esa vinculación fuera reconocida a efectos laborales, algo a lo que el organismo federativo se negó. La situación provocó situaciones muy tensas con el propio Enríquez Negreira, que posteriormente recurrió a sus abogados para utilizar el mismo mecanismo que ante el Barcelona: un burofax, enviado el 26 de septiembre de 2019.
INDEMNIZACIÓN POR LOS AÑOS
Pretendía Enríquez Negreira que el tiempo que había pasado en el CTA, al que accedió en 1994, fuera reconocido a efectos laborales. Es decir, 24 años. Sin embargo, no existía remuneración, puesto que únicamente el presidente, Sánchez Arminio, tenía sueldo. El resto sólo cobraban dietas y gastos, que no eran pocos dada la afición a los buenos restaurantes del antiguo politburó arbitral. La Federación de Rubiales, sin embargo, no aceptó sus presiones y se negó a negociar. El caso no llegó a los tribunales ni se precisó cantidad alguna en torno a la cual establecer una negociación.
Antes de ello, Negreira había intentado continuar con el nuevo régimen a toda costa. Primero, al ofrecerse a Carlos Velasco Carballo, que pasó a presidir el CTA en la nueva etapa. En 2021, fue sustituido por Luis Medina Cantalejo tras las controversias originadas por la aplicación del VAR. Por entonces, la relación entre Sánchez Arminio y Enríquez Negreira ya era prácticamente inexistente, pero ese paso acabó por indignar al depuesto Sánchez Arminio. El conocimiento posterior de que tenía una relación comercial con el Barcelona ha acabado por hundir al que fuera presidente del CTA. El segundo intento de Enríquez Negreira fue proponer a la Federación que creara una asociación de ex colegiados presidida por él, con sueldo a cargo de los presupuestos del organismo. Ante esta segunda negativa, llegaron las amenazas, el burofax y, finalmente, el despido.
RFEF Y LIGA SE OFRECEN A FISCALÍA
La Federación quiere ahora seguir el rastro del personaje en sus años en la casa, por lo que ha ordenado una investigación interna a todos los miembros del antiguo CTA y se ha ofrecido a la Fiscalía de Cataluña para colaborar en las pesquisas. Lo mismo ha hecho la Liga tras reunirse los clubes, al enviar un escrito en el que Javier Tebas dijo que hay información relevante. Del mismo modo, buscará todas las relaciones que existen entre los colegiados y el hijo del ex vicepresidente del CTA, Javier Negreira, que trabajó junto a la selección en labores de analista y coaching, y todavía mantendría esa relación a nivel individual con algunos árbitros. De hecho, hay testigos que dicen haberlo visto acompañar a los colegiados que han de pitar en el Camp Nou tras su llegada a Barcelona.
Javier Enríquez hizo labores de coach en la selección española durante la etapa de Luis Aragonés, al que había conocido en el Valencia. También era quien llevaba vídeos e informes a las oficinas del Camp Nou, aunque su trabajo no habría sido facturado por la empresa de su padre, Dasnil 95, S.L., sino a través de Tresep, la sociedad de un ex directivo azulgrana, el fallecido Josep Contreras, que actuaba como testaferro a cambio de una comisión que podía alcanzar el 50%. Es una de las hipótesis de la investigación.
Tresep emitió facturas por valor de 728.000 euros al club azulgrana, mientras que las pagadas a Dasnil 95, S.L., sumaban 6,9 millones entre 2001, cuando se tiene rastro en las oficinas azulgrana de la primera, y 2018, año de la caída de Enríquez Negreira.
Caso Negreira: ascenso de un personaje “siniestro”, “presumido” y “traidor” desde las sombras del palco del Camp Nou
Catalán, nacido en la posguerra, el ex colegiado y vicepresidente de los árbitros se aprovechó de la patológica obsesión del Barcelona con los árbitros y fraguó su relación en la era Núñez
“Si a final de temporada estáis en apuros, llamadme y yo lo arreglo con los árbitros”. Un ‘Pequeño Nicolás’ del fútbol se movía por los estadios de Andalucía a principios de los años 90 y ofrecía sus servicios con discreción a presidentes en dificultades. Ponía precio al amaño con la garantía de que si, finalmente, algo salía mal, devolvía lo entregado. Era sencillo. Se sentaba en la grada a esperar. Si el resultado coincidía con el supuesto pacto, se iba con el maletín; si no, se lo entregaba al pagador. Jamás perdía. Cuando llegó a oídos de algunos árbitros, reaccionaron con asombro, el mismo con el que lo ha hecho la élite de colegiados que estuvo bajo la cúpula arbitral a la que pertenecía José María Enríquez Negreira, epicentro de la mayor crisis de reputación del fútbol español en su historia, focalizada en uno de los escudos de su mascarón de proa, porque esto no es hacer el ridículo en un Mundial en casa, como en el torneo del Naranjito, en 1982. No. Esto es perder la credibilidad, el honor y la vergüenza.
Enríquez Negreira no era un ‘Pequeño Nicolás’. Era el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), con el que el Barcelona estableció una relación comercial de asesoría, algo que supone una transgresión ética por ambas partes y se sitúa en el umbral del delito de tráfico de influencias. Aunque no hablemos de la corrupción de un cargo público, lo hacemos del directivo de un órgano adscrito a una institución, la Federación, con funciones públicas delegadas. Si el personaje consiguió o no manipular el arbitraje en favor del club azulgrana es algo que deberá determinar la investigación de la Fiscalía, pero eso no exime de responsabilidad al club azulgrana, porque en su intencionalidad estaba el pecado original. “¿Quién paga siete millones de euros por cuatro consejos y una estantería de vídeos, por nada?”, se preguntan en los pasillos de las oficinas de la UEFA, en Nyón.
NÚÑEZ Y LA ERA ARBITRAL DE PLAZA
La explicación está en cómo la obsesión por los árbitros acabó por convertirse en una patología para el Barcelona, en un complejo atávico, algo que Enríquez Negreira, catalán nacido en la posguerra, conocía muy bien. El primer rastro documental de la relación, una factura, data de 2001, pero hay quienes en el Camp Nou afirman que la relación era anterior, de la etapa de José Luis Núñez. Encaja. El constructor fue un personaje clave en el crecimiento del Barcelona, al que recuperó de la quiebra, pero siempre creyó que para competir con el Madrid era necesario igualar el control que, en su opinión, tenía sobre la Federación y los colegiados durante el autocrático mandato de José Plaza al frente del CTA en varias etapas, entre 1967 y 1990.
Plaza impuso las designaciones a dedo y sus prácticas fueron denunciadas por varios colegiados, entre ellos Antonio Camacho, en 1976: “Mientras Plaza sea presidente, el Barcelona no volverá a ser campeón”. El propio Camacho había sido apartado bajo la acusación de haber cobrado del Barça, pero la realidad es que en nueve años más con Plaza, el equipo azulgrana sólo levantó una Liga, en 1985. Ni con Maradona.
LOS POLÉMICOS FINALES DE TENERIFE
La salida de Plaza, en cambio, coincide con la primera Liga de la serie del naciente ‘Dream Team’ de Johan Cruyff, en 1991. Repite en los dos años siguientes, con sendos desenlaces en Tenerife, en los que el Madrid pierde y deja los títulos a los azulgrana con polémicas por las primas a terceros, prohibidas, y las decisiones arbitrales, en especial las de Celino Gracia Redondo. Óscar Dertycia reconoció las primas en la primera victoria ante el Madrid, en este caso por ganar, que más tarde ratificaron ante la Federación Manolo Hierro y Toño. Sobre la segunda, el enigmático Núñez sonreía y decía en privado que preguntáramos a una figura muy poderosa en el entorno del deporte español de la época, y no era un dirigente.
Enríque Negreira deja el arbitraje en el ecuador de esos dos partidos con los que el gran Barça de Cruyff hace el ‘sorpasso’ al Madrid de la Quinta del Buitre y conquista su primera Copa de Europa en Wembley. Por más polémicos que fueran esos desenlaces, la crecida de su fútbol era imparable. Como lo sería tiempo después la del equipo de Pep Guardiola. Núñez, sin embargo, siente que debe complementarlo con un control absoluto e intensifica su acercamiento a la Federación de Ángel Villar a través de Joan Gaspart y todos los canales posibles. Enríquez Negreira, un habitual de los últimos asientos del palco del Camp Nou, en el ‘backstage’ de las primeras filas, puede ser un buen enlace, puesto que accede a la vicepresidencia del CTA junto a uno de sus compañeros en la generación saliente del arbitraje, Victoriano Sánchez Arminio. En ese contexto se fragua el acercamiento, entonces verbal. “Distante” y “siniestro”, como le definen quienes trabajaron cerca de Enríquez Negreira, el ex colegiado presume de sus dotes de asesor.
El catalán pertenece al grupo de colegiados que Plaza impulsó en los años 70 para cambiar algunos aspectos del arbitraje, y entre los que también se encontraban el propio Sánchez Arminio, cántabro, el gallego Óscar Medín Prego o el murciano Franco Martínez, que solía firmar F. Martínez, porque el nombre daba para mucho en las gradas. Ese núcleo duro accede a la cúpula del CTA frente a otros colegiados más críticos, como Raúl García de Loza, Emilio Soriano Aladrén o Jacinto de Sosa, que se enfrentó a Plaza, aunque en un sector ‘bunkerizado’ desde los tiempos de Plaza, algo que no cambiaría hasta la llegada de Carlos Velasco Carballo, ya en 2018. Con los cambios en la Federación y la caída de Sánchez Arminio, Enríquez Negreira se ofreció a Velasco Carballo para sobrevivir. Sánchez Arminio, que llevaba tiempo sin hablarle, lo tachó de “traidor”.
“SIEMPRE ENTRE COMIDAS Y COPAS”
Uno de los primeros cambios con su llegada al poder de todos ellos fueron los kilos. “Estaban todo el día entre comidas y copas”, dice un ex colegiado. Todos menos Enríquez Negreira, “siempre muy presumido”, con buenos trajes y aspecto de viejo agente de servicios secretos de la Guerra Fría. El Chivas y los habanos de importación eran su debilidad. “No hablaba con nosotros, no sabíamos realmente qué hacía”, continúa otro árbitro de la época. Entre sus atribuciones estaban los ascensos y descensos de categoría de los colegiados, un aspecto crucial en la carrera arbitral. Menos mano tenía en las designaciones para los partidos, que se han hecho de diversas formas, a propuesta del presidente, por sorteo o mediante una comisión, sistema que prevalece en la actualidad. Si tuvo o no alguna influencia, esa debe ser una línea en la investigación de la Fiscalía. Fue la clave en el caso Juventus, por petición expresa de Luciano Moggi al Sánchez Arminio del arbitraje italiano de la época. La realidad, sin embargo, es que la mejor época en la historia del Barça, desde FrankRijkaard a Luis Enrique, es ya la de las designaciones mediante una comisión de tres personas, entre ellas una de LaLiga.
El hijo es todo lo contrario que el padre. “Es comunicativo, habla con todo el mundo, pero es peligroso, porque nunca sabes qué uso va a hacer de la información”, sostiene un antiguo empleado de Las Rozas. Javier Enríquez, Javi, realizó servicios de ‘coaching’ con Luis Aragonés en la selección, al que había conocido en su etapa en el Valencia. Le acompañó, incluso, al Fenerbahce turco. “Era el que nos traía los vídeos e informes al club. Parecía muy profesional”, cuentan en el Barcelona.
Todo indica que con el paso del tiempo y el crecimiento de su hijo, Enríquez Negreira utilizó su influencia para que se contratara a su hijo, tanto en el club azulgrana como en la Federación. Pero para eso habría utilizado a un testaferro, el ex directivo Josep Contreras, cuya sociedad, Tresep, facturaba al club por los servicios del hijo a cambio de una comisión. Es una de las hipótesis de los investigadores, pero no es la única. Eso explicaría la contradicción en las declaraciones: Enríquez Negreira declaró que sus informes eran verbales pero Josep Maria Bartomeu dijo que había vídeos entregados al club. Eran, pues, dos vías y dos pagos. Mediante la primera, a la sociedad Dasnil 95 SL, el Barcelona pagó 6,9 millones de euros durante 17 años. Por la segunda, Tresep, 728.000 euros. Estamos, únicamente, ante las cantidades por ahora documentalmente acreditadas. Puede haber más.
Contreras, fallecido recientemente, era un directivo vinculado al fútbol base azulgrana que hacía lo posible por acompañar a Villar cuando visitaba Barcelona. Quería que se supiera de su proximidad al poder. Fue investigado en el marco de la misma operación que costó el puesto a Andreu Subies, como presidente de la Federación Catalana y vicepresidente de Rubiales.
EL MIEDO DE LOS PRESIDENTES
De Núñez a Gaspart no hubo cambios. Era el ‘ñuñismo’. Pero del hotelero a Joan Laporta se trato de una catarsis, de una ruptura con el antiguo régimen en todo. En todo, menos en la obsesión por los árbitros, lo que reforzaba la posición de Enríquez Negreira. Cuando Villar atravesó su momento más crítico como dirigente, años antes del momento de su detención, estrangulada económicamente la Federación y enfrentado en las elecciones a su ex secretario general, Gerardo González, Laporta se desmarcó del apoyo del fútbol profesional al aspirante y se mantuvo fiel a Villar. “Si ganas tú, los árbitros apoyarán al Madrid”, le dijo a González.
Lo mismo pensaban, en realidad, en la cúpula del Bernabéu. Los clubes no visualizaban las elecciones por los cambios que podía haber en el fútbol, sino por los arbitrajes. Todavía, hoy, los dirigentes miden lo que dicen de Luis Rubiales, “no sea que nos piten mal”. Es asombroso, pero es real, y en el caso del Barcelona, patológico, hecho que explica que ningún presidente, de Núñez a Bartomeu, lo cambiara. Era el caldo de cultivo ideal para la supervivencia de Enríquez Negreira. Sólo la pandemia, la crisis y su caída en el CTA acabaron con su negocio.
¿UN IMPUTADO CON DEMENCIA?
A la vergüenza del caso se añade la vergüenza de una legislación deportiva que parece una coartada. Ninguna falta grave puede prescribir a los tres años. El plazo lo hereda la reciente Ley del Deporte de la de 1990, hecho que demuestra que todo el agrio debate y el numerito de las enmiendas era para proteger espacios de poder y económicos, y adaptarla a lo políticamente correcto. Ahora, el deporte se encuentra sin instrumento para castigar algo que sabe que debe castigar, mientras vigilan desde UEFA y la FIFA. Lo padece Javier Tebas, que ha se ha paseado por Europa como un cruzado contra la corrupción y ahora mira a la Fiscalía con la esperanza de que encuentren materia para no dejar impune el caso, mientras en el entorno de Enríquez Negreira sugieren que la demencia o el alzheimer pueden ponerlo a salvo.
En LaLiga recuerdan que las competencias para sancionar son de la Federación y en la casa de Rubiales se preguntan hasta dónde llega el control económico del organismo de Tebas si se escapan este tipo de gastos. Todo indica que el caso Negreira va a atizar la guerra del fútbol, también entre los ex presidentes del Barça, en lugar de provocar la unidad, ahora que España quiere optar al Mundial 2030, entonar el mea culpa y hacer penitencia. A Enríquez Negreira lo han cazado como a Al Capone, por los impuestos. Esperemos que esto no acabe a tiros.
Fuente:
ElMundo/ Esteban Urreiztieta/ Orfeo Suárez