NotMid 26/01/2023
OPINIÓN
Que el Departamento de Justicia de EEUU haya demandado a Google por monopolizar el mercado de la publicidad digital y pida la división del negocio es una buena noticia para la libertad de mercado y los derechos de los consumidores, que se ven abocados a adaptarse a las normas del gigante tecnológico cuando es este el que debe respetar las reglas del juego de la libre competencia.
Desde hace años, los organismos de control, también los europeos, denuncian con contundencia el abuso de poder que el buscador ejerce en internet. Y la demanda del Departamento de Justicia admite pocas dudas. «Control asfixiante» o «aplastar la amenaza» son algunas de las expresiones utilizadas para describir las prácticas de Google, cuyo impacto económico se cuantifica en varios miles de millones de dólares en publicidad por culpa de la manipulación. Los perjudicados no solo son los anunciantes: los usuarios dependen en muy gran medida de las herramientas de Google y los editores de los sitios web se ven gravemente damnificados. Es el caso de los medios de comunicación: llevamos años denunciando que, con su posición dominante, Google se beneficia de contenidos ajenos y de la publicidad que generamos.