Sabes que te estás haciendo mayor porque prefieres acabar cuarto con muchos chicos de la cantera que terminar primero con ninguno
NotMid 31/12/2022
OPINIÓN
PEDRO SIMÓN
La única cosa que tienen en común Messi y Romerito, Pelé y el Pato Sosa, Futre y Drenthe es que nacieron de una cantera.
La cantera es al fútbol lo mismo que la madre es a cualquiera. Algo que deberías honrar siempre.
En el vientre de la cantera te gestas. La cantera te da a luz. Te ve crecer y te corrige, te conoce mejor que nadie. Sabe si has dormido bien solo con verte caminar, te espera hasta que amanece, te da consejos porque te quiere y también te da collejas por el mismo motivo. Hay domingos en que no te pasa ni una y hay otros en los que te va con el Ibuprofeno. La cantera no te miente nunca, quiere lo mejor para ti, está orgullosa aunque no te lo dice.
Uno se puede cagar en todo. En el linier, en el poste, en el compañero que no te la pasa. Pero nunca se puede cagar en la cantera.
Un club que no mira hacia la cantera es como un hombre que se ha olvidado de su madre. Alguien que puede tener un piso más grande y un coche mejor que cuando estaba en casa, pero que ha perdido el camino.
Por eso los atléticos nos alegramos tanto estos días de la irrupción de Pablo Barrios. No es que sea Maradona (ni pretendemos que lo sea), pero es uno de los nuestros, lo que ya es mucho. Cómo sería la cosa este jueves contra el Elche que, si dejan a mi madre, salta al campo a abrigarlo cuando lo cambiaron, no se le fuese a constipar la cantera. O sea, el hijo.
Si es de la cantera, tienes más paciencia con él que si no lo es. Le aplaudes más fuerte, desarrollas más indulgencia. Y si hace exactamente el mismo regate que otro que no es canterano, a ti te parece más bonito.
Sabes que te estás haciendo mayor porque prefieres acabar cuarto con muchos chicos de la cantera que terminar primero con ninguno. Sabes que te estás volviendo un poco padrique cuando le pegan una patada al canterano y frunces el ceño como si se la hubiesen dado a tu familia.
Te queremos, Pablo Barrios. Llama a tu madre. Y abrígate.