NotMid 24/12/2022
OPINIÓN
RICARDO F. COLMENERO
DOMINGO
EL MUNDO REAL
Comida en el Yemanja en la playa de Cala Jondal. Un multimillonario alemán recién aterrizado de la Baja Sajonia muestra en la mesa su preocupación por el futuro de su hija, una joven de 18 años rodeada de comodidades, que no estará preparada para competir frente a esos jóvenes de esos países de los que habla Pérez Reverte, que saben perfectamente cómo desollar un mamut y esconderse entre sus vísceras para calentarse, o algo así, y ahora le cito, «para los que el dolor, la violencia, la miseria, la soledad, el fracaso, la muerte son cosas cotidianas. Estamos en inferioridad de condiciones y nos van a ganar. Estamos criando chicos instalados confortablemente en un mundo irreal».
Los jóvenes alemanes tendrán los mismos problemas que los jóvenes españoles, pensé, hasta que el alemán dijo: «Para ella es normal irse a Ibiza o al Caribe, y pagar 5.000 euros en un billete en business, y yo le digo: ‘Pero no te das cuenta, mujer, que la mayoría de la gente tiene que trabajar todo un mes para ganar esos 5.000 euros’».
LUNES
EL COLUMPIO
Comida de prensa en el Hotel Six Senses en la bahía de Xarraca, especialmente para las gaviotas, que por alguna razón se acabaron llevando las servilletas. Raquel señala un islote tras el que se encuentra «el columpio», una cuerda con nudos atada por dos puntos al saliente de una roca, y que se ha convertido en uno de los escenarios más posteados de Instagram. La gente se desplaza desde el aeropuerto y hace cola, a veces de más de una hora, para sacarse una foto haciendo como que se columpia a centímetros del agua. El sobrino de Raquel es el dueño de una de las casetas varadero que están al lado. Cuando se cansó de avisar a los instagramers de las altas probabilidades de que las rocas se le cayeran sobre la cabeza, cortó la cuerda, porque no podía cortar internet. Al día siguiente alguien puso otra.
MARTES
TITANIC
Ya van 127 condenas a agresores sexuales reducidas, y una treintena han quedado en libertad. Irene Montero se niega a rectificar la ley del solo sí es sí acusando al PP: «Las leyes feministas no les gustan». También dice que la alarma social «es una victoria del machismo», y que «cuando hay un cambio penal profundo siempre hay un momento de transición», que supongo que terminará en cuanto los periodistas dejemos de contar violadores y pederastas en libertad, y pasemos a contar violadores y pederastas que reinciden tras una reducción de condena.
Sé que no es fácil reconocer que uno ha tenido una mala idea, pero resistirse suele ser una idea todavía peor. Tras escribir hace 25 años una de las muertes más chanantes de la historia del cine, James Cameron anuncia que está preparando un documental que explique científicamente que en Titanic Leonardo DiCaprio era imposible que sobreviviera sobre la tabla con Kate Winslet. Menos mal que no intentará explicar el resto de la peli científicamente. Entiendo que le haga falta un documental porque la red está llena de memes y demostraciones de que cabían, aunque cualquiera que haya viso la peli lo sabe, porque ni se molestaron en usar una tabla en la que Kate cupiera justito. La ciencia es eso que impide calcular cuánto quería Kate al amor de su vida. O que dé como resultado que Kate lo intentaría hasta la muerte en vez de quedarse mirando cómo DiCaprio muere congelado. La ciencia que piensa aplicar Cameron a la redacción de un mal final se basa en pesos y medidas, lo que muy probablemente concluirá llamando gorda a Kate Winslet.
JUEVES
JUVENTUD TORREMOLINOS
Martin Rees, el astrónomo Real Británico y profesor emérito de Cosmología en la Universidad de Cambridge, le cuenta a José María Robles que, a pesar de sus 80 años, espera que fracasen los planes de tres laboratorios para prolongar la vida: «Si eso se traduce en que una pequeña élite de ricos va a disponer de una vida mucho más larga que la media, estaríamos ante un tipo de desigualdad grave. Estos laboratorios están financiados por personas que cuando eran jóvenes querían ser ricas y ahora que son multimillonarias quieren volver a ser jóvenes».
En una eliminatoria de Copa del Rey, Oliver Torres, jugador del Sevilla, le regala sus botas a un niño que estaba en la grada del Juventud Torremolinos. El niño se emociona, y también su abuelo. Un periodista les acerca un micro, que es una actividad que en un campo de fútbol nunca está exenta de riesgos, y resultó que el abuelo también sabe de Cosmología: «Ese niño que llevo dentro está aquí, y no hay que dejar que se quede dormido».