Es el momento de pensar en un futuro con novedades más contundentes que las intervenciones de Luis Enrique en Twitch
NotMid 07/12/2022
OPINIÓN
Nos hizo creer que todo había cambiado tanto que se podía permitir el lujo de que las críticas sobre la inconsistencia del equipo le «resbalaran».
Finalmente, el verdadero patinazo lo perpetró ayer la selección que él, Luis Enrique, lidera -ahora ya sin duda- con más recursos de márketing que estrategia deportiva. La Roja abandona el Mundial de Qatar tras haber convencido a sus seguidores de que la meta era el cielo para, finalmente, diluirse como el humo. Humo made in Luis Enrique: porque perder o ganar forma parte del juego -y a veces hasta un equipo tan claramente inferior como es el de Marruecos reclama su tarde de gloria-, pero esta nueva hemorragia del fútbol español no es fruto de un mal momento, sino que tiene nombre propio, el del seleccionador nacional.
A él hay que pedir cuentas por sostener un discurso desafiante sobre una selección renovada, de inusitadas posibilidades, cuando los demás veían más de lo mismo: un grupo justito de talento -eso no es nuevo- y, además, carente de personalidad y con bajo rendimiento, que se ha desinflado conforme corrían las jornadas hasta llegar a octavos gracias al festival de goles de la primera jornada.
Es el momento de pensar en un futuro con novedades más contundentes que las intervenciones de Luis Enrique en Twitch.