Resultados de la primera y segunda fecha de la fase de grupos
NotMid 07/09/2022
DEPORTES
Partidos de la jornada 1
6 de septiembre
Dinamo Zagreb sorprendió a Chelsea en el inicio de la fase de grupos de la UEFA Champions League
Dínamo de Zagreb – Chelsea 1-0
Que Chelsea no atraviesa su mejor momento no es ninguna sorpresa; que caiga ante Dinamo de Zagreb, dando una imagen muy gris, es otra historia. Los ‘Blues’, en su estreno en Champions, se dejaron sorprender por los croatas con un gol de Mislav Orsic (1-0) y comienzan su aventura europea de la peor manera posible.
El tanto del croata, desnudando las carencias de Wesley Fofana, al que ahogó desde su propio campo, es otra piedra en el camino de los de Thomas Tuchel, que son sextos en la Premier League y que no han encontrado bálsamo ni en la competición que ganaron en 2021.
Tampoco la llegada de Pierre-Emerick Aubameyang ha actuado como antídoto para el equipo y el gabonés hizo un partido errático y con varias ocasiones que deberían haber terminado en gol.
Su salida al campo, con tres oportunidades en diez minutos, fue esperanzadora para Chelsea, pero el punta africano, que luce una máscara por las heridas sufridas en el asalto a su casa, las desperdició todas. Dos veces se topó Aubameyang enfrente del portero del Dinamo y las dos optó por el pase. En un centro de la muerte, no atacó el primer palo.
Falto de ritmo o de agresividad, Aubameyang dejó pasar el gol y el conjunto croata no perdonó. Tras un córner a favor de Chelsea, al Dinamo le hicieron falta tres pases para marcar. Balón largo al centro del campo, dejada de cabeza de Petkovic y cabalgada desde su propia mitad de Orsic, dejando en evidencia a un Fofana que costó 80 millones.
El atacante croata llegó hasta Kepa, titular por una lesión de Edouard Mendy, y picó la pelota para el 1-0. Seis partidos seguidos de Chelsea recibiendo gol, una condena para un equipo basado en su seguridad defensiva.
Lo que parecía un contratiempo para el, en principio, superior Chelsea, se convirtió en un quiste del que no supieron salir. El nivel de los ingleses decreció, hasta el punto de ser preocupante y de tener las mejores para aumentar la renta el Dinamo.
Ristovski, con un disparo a la escuadra, sacó lo mejor de un Kepa que rozó el cuero para mandarlo al larguero.
Tras minutos y minutos de pasividad, el Chelsea esperó hasta los últimos cinco minutos para meter una marcha más, lo que desembocó en un disparo del recién renovado Reece James al palo y un disparo de volea de Mount que despejó Livakovic como pudo.
No fue suficiente y Chelsea se va de la capital croata con la tercera derrota de la temporada y la primera en Europa.
A la espera de que se dispute el encuentro entre Salzburgo y Milan, Chelsea es colista del Grupo E, con cero puntos, mientras que lo lidera Dinamo de Zagreb, con tres unidades.
Dortmund – Copenhague 3-0
Salzburgo – AC Milan 1-1
Capacidad de sufrimiento, pegada y preocupación por Benzema
Celtic – Real Madrid 0-3
Con capacidad de sufrimiento en los momentos que lo requiere el ímpetu del rival y con una confianza en su pegada que tumba rivales con acciones letales, el Real Madrid inició una nueva defensa de corona europea castigando el descaro sin gol del Celtic con los tantos de Vinícius, Luka Modric y Eden Hazard, en una noche que deja preocupación en torno a Karim Benzema.
No hay peor escenario para el Real Madrid que una lesión de Benzema. El gran referente, líder indiscutible por goles y por el fútbol que inspira a los que le rodean. Su dimensión llega a tal punto que los que mandan en el club ni se plantearon el fichaje de un 9 como Haaland. No por dinero, sino porque nadie compita con el francés en el momento más alto de su carrera. Todos cruzan los dedos tras verle abandonar Celtic Park cariacontecido.
Cuando llegó la peor noticia que puede recibir Ancelotti, el dolor agudo en la rodilla derecha que le impidió seguir a Benzema, el Real Madrid ya había sentido la presión de un equipo sin complejos como el Celtic. Poco o nada tiene que perder en su regreso a la competición de mayor prestigio y salió a comerse al vigente campeón. Presión alta, ritmo endiablado, juego directo. Sin ningún tipo de complejo.
No se habían cumplido 25 segundos y el Real Madrid ya había sentido el peligro. El primer disparo taponado de un Militao que se multiplicó en defensa. Mientras que Modric y Kroos son los jugadores a los que ampararse cuando se tiene poco la pelota. A los de ‘Carletto’ les faltó en el primer acto velocidad en la posesión y meter miedo al rival. Todo lo que exhibió en el segundo.
Es cuando Vinícius pide protagonismo, capaz de cambiar el rumbo de un partido con una carrera. Su centro no lo remató bien Benzema, que andaba poco fino las últimas citas y la lesión le terminó de rematar. El Celtic encontraba en Jota lo que el Real Madrid con ‘Vini’. Su visión en el pase permitió a Abada la primera clara. Giakoumakis fijaba centrales y hacia dentro entraban como balas sus compañeros.
Hatate, siempre presente, probó la firmeza de los puños del portero madridista que se alió con la fortuna a un disparo imposible de detener. El latigazo de zurda de McGregor lo repelió la madera y Militao sacó otra acción con aroma de gol que acabó en el lateral de la red. Como aviso ya era suficiente. El Real Madrid siempre en pie con ese carácter competitivo tan especial que luce en la ‘Champions’.
Hasta el punto que ya sin Karim y con Hazard frío, el belga perdonó la más clara por falta de precisión con todo para marcar tras centro de Carvajal y Vinícius retrocedió en el tiempo para perdonar lo que no debe en un claro mano a mano ante el portero, del que Hart salió victorioso.
La respuesta estaba dada en los últimos compases del primer acto y debía confirmarse en el segundo cuando Ancelotti recurrió a Rüdiger por otra molestia del jugador más destacado en la zaga, Militao. Nació con susto, el último, cuando Maeda perdonó con todo para marcar antes de que el rey de Europa mostrase su poderío para poner una nueva pica en un terreno que no había conquistado.
En cuanto dominó el duelo desde el balón y sometió a su rival, encontró el premio del gol. Decisivo Fede Valverde en un arranque que mezcla potencia y calidad. La del taco para descargar pegado a banda, encontrar la continuidad de Hazard y meter un pase tenso a la llegada de Vinícius. Ahora sí colocó bien el cuerpo y mandó el balón a la red en carrera y libre de marca para dar un golpe al partido.
No hubo capacidad de respuesta de un Celtic que sintió como todo lo que había perseguido durante tantos minutos, lo había recibido en un gesto de calidad del Real Madrid. Y ‘mareado’ por el golpe recibió la sentencia tres minutos después, cuando Modric sacó a relucir su golpeo de exterior del pie derecho.
Un Real Madrid demoledor que mandó dentro de la portería la mitad de sus disparos entre palos porque aún estaba por llegar la resurrección de Hazard, el momento en el que el belga recuperó la sonrisa cuando marcó el tercero. El guante de Kroos en el servicio a la banda donde la enésima subida de Carvajal encontró el justo premio en el regalo de asistencia a Eden. La mejor noticia en medio de la preocupación por Benzema.
Leipzig – Shakhtar 1-4
Haaland sigue imparable y el City golea al Sevilla a domicilio
Sevilla – Man City 0-4
SEVILLA – El Manchester City arrancó la fase de grupos de la Liga de Campeones con una cómoda goleada (0-4) sobre un Sevilla muy pobre, miedoso en su juego y que se rindió ante la evidente superioridad del conjunto de Pep Guardiola, que sentenció con un doblete de Erling Haaland y sendos tantos de Phil Foden y Ruben Días.
Tras un primer tiempo de pleno dominio del City, que se adelantó a los 20 minutos por medio de Haaland a a pase del belga De Bruyne, el Sevilla buscó la reacción en la reanudación, más por orgullo que otra cosa, pero se vio impotente ante el 0-2 de Folden, en el 58, con un nuevo gol del ‘gigante’ noruego, en el 67,y otro del luso Dias en el tiempo añadido entre la decepción de una afición local que despidió con pitos a su equipo.
El PSG y Mbappe golpean primero
Paris – Juventus 2-1
El equipo francés demostró de nuevo la pegada de su delantera, con Kylian Mbappé marcando un doblete, pero frente a otras temporadas mostró un centro del campo más robusto en Europa.
Mbappe abrió pronto el marcador (minuto 5) en una jugada muy vistosa: Neymar picó un balón por encima de la defensa y el francés, solo ante el portero, enganchó una volea imparable con la derecha.
Siguió un período indeciso hasta que en el minuto 18 la Juve, con más voluntad que juego, estuvo a punto de empatar en un cabezazo de Milik despejado de forma casi milagrosa por Donnarumma. El rechace fue rematado por Kostic fuera cuando muchos lo veían dentro.
Pero al PSG no se le puede perdonar. Solo cuatro minutos después Mbappe anotó el segundo tras una pared dentro del área con Hakimi en la que ambos se merendaron a la defensa juventina.
El resto de la primera parte transcurrió con el PSG mucho más cerca del tercero que la Juventus del primero, con penetraciones y remates de todo tipo, pero sin encontrar puerta.
Mientras el Paris Saint-Germain disfrutó a fondo de su equipo de gala, la Juventus notó demasiado las bajas de Chiesa, Pogba, Di María y Szczesny, y se vio superada en todas las líneas.
Su estrella Vlahovic batalló y dejó detalles, pero se sintió muy solo, sin que la maraña defensiva tejida por Galtier le permitiera ocasiones.
La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros. Los parisinos creaban peligro con sus penetraciones por los extremos, mientras la Juve intentaba buscaba acercarse de forma más progresiva, a base de pases pausados, cuando no podía contraatacar.
El PSG pudo marcar el tercero en el 51 si Mbappé no se hubiera empachado de balón para optar por tirar sin ángulo, y fuera, en lugar de haber dado el pase de la muerte a un Neymar completamente solo. El brasileño dirigió al francés una elocuente mirada de reproche.
Y de un posible gol a otro que fue. Kostic colgó el balón en el área y McKennie ganó la posición a los tres centrales parisinos para superar de cabeza a un Donnarumma a media salida.
El gol de la Juventus hizo que al PSG le entrara un bache, y solo dos minutos después Donnarumma evitó el empate en otra parada milagrosa a un remate de cabeza de Vlahovic. El despeje dio lugar a dos rechaces sucesivos que estuvieron a punto de ser enviados a las mallas.
Los parisinos se recuperaron e intentaron cerrar el partido, pero los repetidos disparos de Mbappé y Messi salieron fuera por poco o fueron detenidos por Perin.
En los últimos minutos la Juve se fue con todo, colgando balones para Vlahovic y generando ocasiones, aunque sin suerte.
Carlos Soler debutó con el Paris Saint-Germain, en sustitución de un Messi que no se fue muy contento en el minuto 83, en un intento de Galtier por tratar de proteger la victoria.
Las dos últimas ocasiones fueron para Neymar y Mbappé, en sendos contraataques, pero ambos remates se estrellaron en Perin.
Benfica – Maccabi Haifa 2-0
miércoles 7 septiembre 2022
Ajax goleó, Edson anotó y Jorge Sánchez debutó en Champions
La puesta en escena del Ajax en la Champions League mostró a un equipo fresco y con desparpajo que se lució ante el Rangers (4-0) para sumar su primera victoria en un encuentro clave para el futuro de ambos.
El conjunto neerlandés y el escocés comparten grupo con el Napoli y el Liverpool presumiblemente destinados, por potencial, a pujar por las primeras plazas. La condición de teóricos secundarios y la relevancia de los puntos por lo que después dicte la competición, alentó un duelo que mostró las virtudes del bloque de Alfred Schreuder.
Inagotable, la factoría Ajax impuso su estilo. A pesar de la marcha de Erik Ten Hag y de alguno de sus jugadores referencia, mostró un buen aspecto en el Johan Cruyff Arena. En especial Steven Berghuis y el ghanés Mohammed Kudus, un diablo que llevó a maltraer a los visitantes.
La pelota fue siempre del Ajax que abrió el marcador pasado el cuarto de hora. Fue en una acción a balón parado. Un córner botado por Berghuis que remató de cabeza, en el punto de penalti, el mexicano Edson Álvarez.
Fue la consecuencia de un dominio intenso que no fue a más por las intervenciones del portero Jon McLaughlin, como en un tiro de Devyne Rensch que también pudo marcar después aunque no tuvo puntería.
El acelerón local llegó a la media hora. Ahí sentenció el choque. Lo rompió completamente con dos goles en dos minutos. Primero por medio de Berghuis que recibió un pase de Kudus, encontró espacio y disparó. El balón lo desvió James Sands y entró en la portería.
A continuación, en plena avalancha local impulsada por una presión alta bien trabajada, llegó el tercero. Fue en una gran acción individual de Mohammed Kudus. El ghanés supero a todos sus defensores y cruzó la pelota hacia la red.
No encontraba respuesta el Ajax del equipo de Giovanni Van Bronckorst que efectuó tres cambios en el intermedio para paliar la hemorragia. Saltaron al campo Leon Thomas King, Rabbi Matondo y Ryan Jack en lugar de James Tavernier, Scott Wright y Malik Tillman.
No tuvo mucho efecto aunque al principio dio la sensación de que el Rangers había logrado contener el ímpetu de su adversario. Pudo ampliar su renta en varias ocasiones. El conjunto de Glasgow estaba entregado. Llegó el cuarto a diez del final, propiciado por un error de Ryan Jack que perdió el balón presionado por su contrario. La pelota llegó a los pies de Steven Bergwijn que sorteó a McLaughlin y no falló.
Fue justo antes de la entrada de Lucas Ocampos al terreno de juego. El exjugador del Sevilla saltó al césped por Bergwijn, precisamente, que se dañó al redondear la goleada. También el mexicano Jorge Sánchez tuvo minutos, por su compatriota Edson Álvarez que había abierto el marcador.
Sporting Lisboa goleó al Eintracht en Frankfurt, en el estreno en la Champions
En la primera parte no había mucho que hablase a favor de una goleada del Sporting, pero en la segunda parte en apenas dos minutos el equipo de Ruben Amorim estableció diferencias con precisión quirúrgica.
El partido empezó con una gran ocasión para el Eintracht, en los pies de Randal Kolo Muani, y que se generó por una mala devolución de Ugarte que buscaba a su portero Adán. Kolo Muani se atravesó en el pase y llegó al remate dentro del área pero Adán reaccionó con una buena parada de pie.
En general a lo largo de la primera parte el Eintracht fue más incisivo y tuvo más llegada. El Sporting, pese a que tuvo más posesión de pelota, solo llegó una vez a rematar a puerta, por intermedio de Edwards en el 35 tras una buena jugada individual.
También hubo otra situación en que el árbitro Oriel Grindfeld pitó penalt a favor del Sporting por presunta falta de Lenz contra Edwards pero luego revocó la decisión tras consultar las imágenes del VAR.
De resto las jugadas de área fueron del Eintracht . Kamada tuvo buenas ocasiones en el 16, cuando remató muy débil, y en el 30, cuando Adan reaccionó una parada en el primer poste.
La diferencia fundamental entre los dos equipos era la verticalidad del Eintracht que siempre buscaba el área contraria y buscaba combinar con rapidez mientras que el Sporting se demoraba mucho con la pelota y le daba al rival siempre tiempo de organizarse.
El Sporting, sin embargo, mostró una clara mejoría en la segunda parte. La circulación de balón se hizo más rápida y en la primera llegada peligrosa el balón terminó en la red. El gol lo marcó Edwards que había sido el mejor jugador en la parte ofensiva del Sporting.
Apenas dos minutos después Edwards participaría también con el pase a Trincao para el segundo gol del Sporting en un contragolpe.
En dos minutos el partido se había convertido en otra cosa a lo que se había visto en la primera parte. También en la segunda parte el Eintracht era el equipo que había tenido la primera ocasión, en el 53 en los pies de Kamada tras un robo de pelota de Götze en el borde del área.
Pero tras los dos goles del Sporting todo empezó a hablar a favor del equipo portugués que ganó seguridad mientras que el Eintracht tenía que procurar que la noche no terminase en una absoluta debacle.
El tercero llegó en un contragolpe en el 82 por intermedio de Nuno Santos que había entrado al campo dos minutos antes.
Triunfo agónico de Atlético Madrid ante Porto
En un tiempo añadido imprevisible, fuera de toda lógica, sometido como había estado Atlético de Madrid durante casi todo el partido y salvado por Jan Oblak, Antoine Griezmann surgió en la última jugada del duelo para remachar la victoria agónica de su equipo allá por el minuto 101, ganador de la ruleta rusa a la que se jugó en los instantes finales, con el 1-0 de Mario Hermoso en el 91, el empate del Porto en el 95, por un penal cometido por el central, la apoteosis final de ‘El Principito’.
Condenado a la última media hora en cada partido, en una estrategia más que discutible en lo deportivo, por los 40 millones que deberá pagar Atlético a Barcelona si juega al menos 45 minutos en el 50 por ciento de los encuentros disponible entre la pasada y la actual campaña, asomó el internacional francés para ser tan decisivo como hace tiempo no le se recuerda, para dar un triunfo que nadie intuía en el Metropolitano y que disimula todas las incesantes dudas que demostró el conjunto rojiblanco.
Hasta entonces, Oblak, duda toda la semana por una contusión severa en el muslo izquierdo, había sido la única certeza en la igualada sin goles, a nada por parte del conjunto rojiblanco, por la que transitó el equipo madrileño hasta el tiempo añadido, hasta un final que apela a la épica y a la locura de un conjunto que fue difícil de comprender durante la hora y media de fútbol anterior.
En la rutina reciente del equipo rojiblanco en los últimos tiempos en el máximo torneo europeo, el Metropolitano aparece como un territorio tenebroso para él; el planteamiento de los rivales suponen un jeroglífico irresoluble y el fiasco está latente casi en cada lance, al borde este miércoles de la derrota, primero, y del empate, después, pero ganador en el alambre cuando nadie lo esperaba.
En el minuto 16, Simeone llamó a Koke para expandir su corrección por toda la banda derecha. Ya algo no cuadraba en el partido para el técnico, que contempló el partido, primero, desde la presión. Advertido por el encuentro de hace un año en el mismo escenario contra el Porto, por cómo oprimió el equipo portugués entonces al bloque rojiblanco en cada una de sus líneas, el técnico se protegió en la salida de la pelota.
La consigna fue visible desde el minuto 1. No sacó nunca en corto Jan Oblak, en duda desde el sábado por una contusión severa en el muslo izquierdo y titular este miércoles. Pateó arriba cada saque desde su arco. Al más mínimo intento de jugarla por abajo, Porto se posicionó en sectores más altos del terreno. Un aviso. Después ubicó a Joao Félix en una zona de partida a la izquierda que le funcionó un ratín. Tres jugadas. Diez minutos. Al inicio.
En cuanto lo detectó su adversario, redujo de inmediato la animosidad, la velocidad y el talento del ‘Menino de Ouro’, con el efecto sobre todo el equipo, que se quedó en una sensación insustancial en su ataque, sin colmillo de medio campo para adelante, sin combinación, sin precisión y sin desborde. Sin Joao ocurre poco o nada. Su giro es el único recurso determinante que propone hoy su equipo. Con él, aún con suma intermitencia, el rival percibe la inquietud en la misma medida que el equipo rojiblanco se siente poderoso.
Ahí, el inicio de curso discute a Yannick Carrasco, cuyo desequilibrante cambio de paso es hoy esporádico (fue cambiado al descanso por Lemar). Y expone a un medio campo previsible, sin que Koke Resurrección pierda una posición que reduce su visión hacia adelante; sin que Marcos Llorente sea el que fue hace dos temporadas en su reencuentro con el interior derecho y sin que Saúl sea la solución, porque sus mejores cualidades de llegada y fuerza apenas se perciben en el área. Tampoco lo son ni Geoffrey Kondogbia ni De Paul, que empezaron en el banco. Sí parece serlo Axel Witsel, pero es tan crucial como central que no lo mueve aún al medio campo.
Pero, aún por encima, sobresale el problema evidente -y recurrente- que sufre en el carril derecho. Desde que se fue Trippier, Simeone no ha encontrado a nadie tan expresivo en ese puesto. No lo es Marcos Llorente, porque no es su demarcación y aporta más desde otros lugares, pero tampoco lo parece ni de lejos a día de hoy -con tres partidos ya jugados-, la elección prioritaria de Simeone en el mercado por Nahuel Molina. Recién llegado, le queda mucho recorrido para ser -o parecer- lo que espera de él. Ni en ataque -impreciso, sin confianza, sin atrevimiento- ni en defensa, sobrepasado por sus adversarios. Lo detectó Porto, que hurgó en la herida cada vez que pudo, con el uno contra uno que rebuscó y ganó unas cuantas veces Galeno. Fue sustituido al descanso por De Paul.
Es más, instante a instante, metro a metro, más allá del cuarto de hora, el equipo portugués tenía mucho más claro a qué jugaba que el Atlético. De no ser por Oblak, atento ante Evanilson, habría sido peor. O si Taremi hubiera encontrado algún rematador después del rodeo que le hizo a Giménez, también por debajo de la altura que ha tenido en otros tiempos en el centro de la defensa del esquema de Simeone.
Al descanso ya se sintió cierta bronca de la afición. Cuando ambos equipos tomaron el camino del túnel de vestuarios, fuera cuál fuera la perspectiva, la visión era inequívoca en la misma dirección de que el equipo luso se había hecho con el encuentro, sin alardes, sin apenas ocasiones, algunos porque Axel Witsel leyó el momento de intervenir. Del minuto 10 al intermedio, el Atlético fue un colectivo indefinido, que no se sabe muy bien qué quiere.
Había tirado tan solo una vez a portería el equipo rojiblanco en todo el primer tiempo, por medio de Koke, que fue también el primero en lanzar al marco contrario en el segundo acto: un mal despeje de Porto dejó el balón suelto al borde del área, el capitán acomodó su pie derecho con todo a favor para alojarla en la red, junto al poste, inalcanzable para Diogo Costa, pero invalidado porque antes, en el origen, De Paul partió desde claro fuera de juego.
Se lamentaba en el banquillo Simeone, que agitó su equipo con las citadas incorporaciones de De Paul y Lemar y que suspiró cuando Jan Oblak voló para despejar el amenazante disparo de Uribe. El arquero esloveno y la contusión severa que sufrió el sábado superaron la prueba con nota, con una estirada definitiva que disimuló la mala pinta que tenía desde hace mucho tiempo para el Atlético, encomendado a una individualidad (dio entrada a Antoine Griezmann, otra vez a media hora de la conclusión para que no compute para los 40 millones que debería pagar el Atlético al Barcelona)… O a un error de su oponente.
El derechazo fuera de nuevo de Uribe encendió ya las alarmas, disparadas cuando Oblak negó el gol a Joao Mario en una volea franca, solitaria, que puso en evidencia toda la estructura defensiva del Atlético, al que ni se le intuía ni se le esperaba ya por el otro área, en una lucha desesperada contra la desasistencia de Álvaro Morata, que no disfrutó de ningún balón en condiciones para el remate en los 67 minutos que jugó, cambiado por Mario Hermoso, un central, para recolocar el puzzle para la ofensiva (o defensa) final.
Ya sonó extraño al público ese cambio, aún más el siguiente: la sustitución de Joao Félix por Ángel Correa, con bronca sonora e inequívoca para el cambio de Simeone, con veinte minutos por delante de un partido que nunca aparentó ganar Atlético, que no había perdido antes por Oblak, jugó en superioridad numérica por una torpeza de Taremi, expulsado por tirarse en el minuto 82, y que ganó de repente para empezar la Liga de Campeones con victoria cuatro años después.
El Barcelona golea entre alegría
El Barcelona está de vuelta… O eso parece querer demostrar. Después de su decepcionante estreno liguero frente al Rayo Vallecano el equipo de Xavi ha encontrado la tecla y consiguió ante el Viktoria Plzen la cuarta goleada consecutiva. Un 5-1 que no se veía en el Camp Nou desde febrero de 2021. Un juego que volvió a enganchar, mezclando la pausa y el vértigo, teniendo una idea precisa del cómo y el cuándo… Y regalando una noche especial en la que, otra vez, se puso las botas Robert Lewandowski.
El polaco anotó su primer hat-trick como azulgrana en un partido, otro, completísimo en todos los sentidos. Marcó a placer, marcó desde fuera del área, ajustado a un palo y al otro; supo buscar a Dembélé, regalarle medio gol a Pedri, desmarcarse para hacerle un pasillo a Ansu y ser el primero a la hora de presionar la salida de balón del equipo rival.
A lomos de Lewa todo parece fluir con perfección en el Barça, que sometió de principio a fin al Viktoria y aun mostrando ciertos desajustes en defensa (hay cosas que no cambian) se aplicó como deseó el entrenador para trasladar un mensaje contundente.
No tardó Kessié en abrir el marcador, cabeceando con precisión y ajustado al palo una asistencia, otra, de Koundé, también de cabeza para mostrar su poder en las dos áreas. Después llegó el estreno de Lewandowski, en lo que se entendía festival, y las dudas por no llegar el tercero a pesar del dominio y sí el 2-1 del susto… Que no fue nada respondido inmediatamente por Dembélé, soberbio en la recuperación y asistencia al polaco para el 3-1 al descanso.
La segunda mitad fue, casi, un festival en azulgrana, ya sin oposición y engrasando la máquina para tareas futuras que se suponen de mayor dificultad. Volvió a marcar Lewndowski y logró el quinto, con una volea imparable, Ferran Torres en una noche de tranquilidad, felicidad y optimismo recuperado.
Desde que goleó por este resultado al Ferencvaros en octubre de 2020, el tránsito del Barça por Europa había sido, casi, una pesadilla. Y esta pesadilla pudo acabar con otro 5-1 para mostrar que el equipo azulgrana, sin ser favorito en la Champions sí dará que hablar.
Club Brujas 1 – 0 Bayern Leverkusen
Bayern Munich doma el Giuseppe Meazza al derrotar al Inter de Milán
Demostrando una superioridad pasmosa, con un poderío físico y un dominio del juego superior, el Bayern Múnich se impuso este miércoles sin problemas al Inter de Milán en el Giuseppe Meazza, en lo que fue toda una declaración de intenciones del conjunto germano en este ‘Grupo de la muerte’.
Todo un Inter-Bayern abrió la Champions League en ‘La Cattedrale’ del fútbol italiano. Un enfrentamiento que inevitablemente evocó a aquella final de 2010 en el Santiago Bernabéu, pero que una vez transcurridos los 90 minutos dejó claro que atrás quedaron esos tiempos para el Inter.
Comenzó el partido con indiscutible dominio germano. El Bayern impuso su ritmo con una presión alta al hombre y con Kimmich y Sabitzer repartiendo juego desde el centro del campo. Pese a la intensidad de los bávaros, el Inter lo intentó desde atrás y en contadas ocasiones superó las primeras líneas de presión, pero se vio obligado a pasar al plan B con Onana lanzando balones de más de 50 metros a Dzeko, que peleó con De Ligt, sin demasiado éxito.
La posesión y el peligro eran del Bayern, que desgastaron a los ‘nerazzurri’ con circulaciones rápidas de balón y con el castigo continuo de Mané, Sané y Davies atacando el espacio de una desnortada defensa interista que se debatía entre recular para poder igualar en carrera la ofensiva muniquesa o sacar la línea y tirar el fuera de juego.
El primer avisó claro llegó en el minuto 22 de la mano de Muller, con un disparo de primeras desde la frontal del área que obligó a Onana a sacar una espectacular mano para mantener el empate. La ocasión de Muller fue el pistoletazo de salida.
Poco pudo hacer el Inter ante el rodillo germano. La resistencia local en San Siro duró hasta el minuto 24, cuando Kimmich se inventó un pase perfecto en profundidad, entre Dimarco y Dumfries, que Sané controló con calidad para regatear a Onana y rematar a puerta vacía.
El tanto desató la alegría de Nagelsmann en el banquillo, pero no quitó el hambre a un Bayern que, de hecho, apretó más todavía a un Inter que por un momento se vio seriamente contra las cuerdas.
Sin embargo reaccionaron los ‘nerazzurri’ con dos llegadas consecutivas gracias a transiciones rápidas perfectamente ejecutadas, circulaciones al primer toque que no dieron tiempo a la defensa del Bayern a colocarse. Se animó San Siro. Un espejismo. Cuando el Inter creyó haberse adueñado del encuentro emergió de nuevo el Bayern.
Los germanos tomaron el mando de nuevo, domaron el partido en su favor y, como una máquina perfectamente engrasada, una vez puesta en funcionamiento no pararon las llegadas. Piloto automático. La más clara al borde del descanso, con una triple ocasión. Primero Davies, después Mauller y en tercera instancia Sabitzer no pudieron superar a Onana, que cuajó un debut muy completo, y a la maraña de piernas interistas.
Saltó el Inter mucho mejor en la segunda mitad, con dos ocasiones de Dzeko, una atajada por un Neuer que hasta ese momento no había participado en el partido, y otra que acabó estrellándose en el cuerpo de Lucas Hernández.
Pero cuando el Bayern aprietó, poco pudo hacer la zaga local. Cuando se encontraron los de arriba entre ellos, solo hubo resignación. Una doble pared dentro del área, en una baldosa, entre Sané y Coman, acabó con el internacional alemán sirviendo un pase de la muerte directo a Mané pero que D’Ambrosio intentó interceptar y acabó introduciendo en propia puerta.
Los buenos minutos del Inter tras el descanso quedaron reducidos a cenizas en una jugada que terminó por apagar a los ‘nerazzurri’, que vieron como Mané quiso unirse a la fiesta en la siguiente jugada, nada más sacar de centro del Inter, con un disparo que Onana sacó con el pie derecho.
Con el partido sentenciado el Bayern soltó el pie del acelerador y cometió un par de errores en defensa. El más claro dejó a Correa solo contra Neuer en el 82. Nada salió a los milaneses.
Demostración de fuerza, solidez, precisión y autoridad del Bayern en San Siro en un inicio inmejorable en esta Champions League que deja muy tocado por el camino a un Inter que no había terminado de lamerse las heridas del ‘Derby della Madonnina’, en el que sucumbieron por 3-2 ante el Milan
Napoli agrandó las dudas del Liverpool con una goleada por la UEFA Champions League
Nada tiene que ver el Liverpool del pasado con el actual, inconsistente y en manos de llamativos errores defensivos y vulnerable como en el estadio Diego Armando Maradona, donde fue claramente superado por un Napoli inspirado en la primera jornada de la UEFA Champions League.
Salió malparado de Italia el subcampeón del torneo. El equipo de Jurgen Klopp demostró que la inestabilidad con la que ha iniciado en la Premier no es una cosa puntual, de unos pocos partidos. En la competición continental, en la que se ha lucido en los últimos años, fue puesto en evidencia ante un adversario al que le bastó con el orden, la velocidad y el acierto. No es poca cosa.
El daño pudo ser mayor antes del descanso que alcanzó ya el Liverpool con tres goles de desventaja. A los tantos de Pietr Zielinski, Andre Frank Zambo Anguissa y Giovanni Simeone se le pudo haber añadido un penal que ejecutó Victor Osimhen que detuvo Alisson.
Fue un querer y no poder del Liverpool que ha perdido la consistencia de antaño. Joe Gomez y Virgil Van Dijk quedaron claramente señalados. Incluso la fiabilidad habitual de Trent Alexander Arnold y Andrew Robertson fue puesta en entredicho. También la de Fabinho, superado siempre por la aceleración italiana.
No tuvo recursos el Liverpool para tapar los espacios que dejó a su rival que abrió el marcador a los cuatro minutos cuando un disparo de Zielinski dio en la mano de James Milner. El VAR lo advirtió al árbitro español Carlos Del Cerro Grande. El polaco no falló y abrió la cuenta italiana.
Al cuarto de hora, Virgil Van Dijk pisó a Victor Osimhen dentro del área. No pasó por alto la jugada para el vídeo que advirtió al juez del partido. Fue el nigeriano el que ejecutó el penal que detuvo Alisson. Respiró el Liverpool que emprendió un dominio ficticio aunque se descosía cada vez que salía a la contra su rival.
Van Dijk sacó bajo palos un disparo de Khvicha Kvaratskhelia a la media hora después de un robo de balón de Osimhen a Joe Gomez. Pudo ser el segundo que llegó a continuación. Volvió a fallar el central y una pared entre Zielinski y Andre Zambo Anguissa terminó con un buen tiro del camerunés a la red.
Y el tercero fue al borde del descanso con una jugada individual de Kvaratskhelia que terminó con un pase a Giovanni Simeone, que minutos antes había sustituido al lesionado Osimhen, que marcó a puerta vacía.
Klopp agitó el banco de suplentes. Como era de esperar quitó a Joe Gomez y dio entrada a Joel Matip pero nada salió después como esperaba. En la primera que tuvo el Napoli agrandó el marcador. El cuarto llegó con un disparo de Zielinski, una parada de Alisson y el rechace recogido por el polaco que con suavidad elevó la pelota a la red.
En un arranque de rabia acortó distancias el Liverpool. Fue Luis Díaz que alargó metros con el balón y en la frontal disparó raso, colocado, para batir por primera vez a Alex Meret.
Fue el colombiano el que más puso de su parte para paliar el sonrojo de su equipo. Permaneció en el campo en el carrusel de cambios establecido por Klopp a la hora de juego y que afectó a Mohamed Salah y Roberto Firmino, desaparecidos, que dejaron su sitio en el campo a Darwin Núñez y Diogo Jota. En el mismo minuto, el 62, reapareció Thiago Alcántara. Sustituyó a James Milner.
Cercó el área del Napoli el Liverpool. Por impulso y porque el once de Luciano Spalletti le permitió. Retrasó líneas y las juntó. Y se prodigó menos al ataque. No encontraron los reds un nuevo tanto que les metiera en el partido para intentar evitar un nuevo revés y un panorama distinto en Champions al que había proyectado.
Tottenham Spurs 2 – 0 Marsella
Agencias