Pese al aumento de costes, las distintas estrategias de optimización de costes que han desplegado les permiten aguantar por ahora sin subir precios
NotMid 12/07/2022
ESPAÑA
Después de tres años como autónomos, David Meléndez (madrileño, 34 años) y Maritza Padilla (mexicana, 34 también) decidieron el año pasado convertir su marca comercial en una empresa: Melen Projects, que se dedica al diseño e ingeniería, la arquitectura y las reformas y construcción en Madrid.
Esta última pata del negocio la desarrollan bajo la marca DCI Reformas, que experimenta un boom de trabajos ante la actividad frenética del sector inmobiliario, pero padece el estrangulamiento que provoca la subida de costes de la construcción. Se dirigen tanto a particulares que buscan remodelar su vivienda, como a inversores que adquieren una propiedad con el objetivo de reformarla y sacarle una rentabilidad.
“Todos los materiales que se utilizan en una obra han subido. El rasillón, que se conoce comúnmente como ladrillo y se utiliza para separar estancias con tabiques, ha subido en todas sus modalidades. El sencillo ha pasado de 0,16 euros la unidad a 0,40, su precio casi se ha triplicado, mientras que el doble estaba a 0,19 euros y ahora está en 0,56, se ha encarecido un 195%“, explican en una entrevista con EL MUNDO.
El saco de yeso, para unir esos ladrillos, ha pasado de costar 1 euro a valer 2,5 euros y el de aguaplast, para cubrirlos y dar forma a la pared, antes valía entre 6 y 7 euros y ahora está a más de 9 euros. “Para evitar estos incrementos se podría recurrir a un tabique de cartón-yeso, lo que se conoce como pladur, pero también ha subido: la plancha de 2,5 metros por 1,20 ha subido un 52,2%, pasando de 2,3 euros a 3,5″. Para una habitación principal, de unos 24 metros cuadrados, se necesitarían al menos 15 planchas sin contar los techos. Para instalar esas planchas de pladur utilizan también perfilería, explican, que está fabricada con aluminio y cuyo precio “se ha duplicado”.
Hace dos meses cambiamos los coches a GLP, supuso una inversión de entre 1.300 y 1.500 euros por vehículo, pero ahora estamos pagando 70 céntimos por litro de combustible
Una vez hecha la tabiquería, cualquier reforma prosigue con el mortero (el cemento-cola para pegar los azulejos, por ejemplo). “Hay dos tipos de mortero, uno fuerte que se utiliza para el porcelánico, y otro más suave para el cerámico. Tanto uno como otro han pasado de 5 a 10 euros“, apuntan, mientras que la pasta para tapar las juntas ha subido un 25%.
“Todos los materiales que son lo más básico y puro de una obra han subido. Algunas constructoras han tenido que parar. La subida de los materiales empezó a darse fuerte cuando se disparó la luz y luego cuando se disparó el gas, porque a los fabricantes se les dispararon los costes y lo trasladaron a materiales. Los transportes, la logística entre países se ha disparado, si a esto le sumas que uno de los mayores exportadores de cerámica era Ucrania, el aumento es inevitable”, explican.
INVERTIR PARA AHORRAR
Los costes laborales también han subido, ya que entre la plantilla, los colaboradores y los proveedores con los que cuentan asumen hoy desembolsos entre un 5% y un 12% más elevados que hace un año. «Se dice en el sector que una obra ha subido de media un 35%, pero ya te digo yo que es mucho más”, resumen.
En las obras, el aumento de la factura de la luz no les repercute, ya que lo asume el cliente, pero sí han sufrido el encarecimiento de los combustibles al tener que desplazarse para hacer revisiones de obra o entrega de materiales. “Hace dos meses cambiamos los coches a gas licuado de petróleo (GLP), supuso una inversión de entre 1.300 y 1.500 euros por vehículo dependiendo del tamaño del depósito pero ahora estamos pagando 70 céntimos por litro de combustible”.
Es una de las estrategias que han implementado para intentar ahorrar costes y no tener que subir de momento el precio de sus servicios. “Con las medidas que hemos tomado para optimizar hemos conseguido asumir parte de la subida de costes. De momento seguimos teniendo beneficio considerable par aguantar sin todavía subir precios por lo menos este año. Confiamos en que la guerra en Ucrania no dure toda la vida y si podemos aguantar vamos a seguir sin subirlos”, afirman.
Otra de sus estrategias consiste en llegara a acuerdos con grandes plataformas al comprar al por mayor y también sincronizar las distintas etapas en todas las obras que tienen abiertas, lo que les ha generado un importante ahorro. “Siempre hemos sido organizados, pero ahora incluso organizamos las obras en grupo. No es lo mismo que yo compre 500 sacos que compre 80, porque es una economía compartida que nos ahorra dinero. Así que estamos intentando cuadrar mismas fechas de inicio de obra con varios clientes a la vez. Tenemos varios equipos y podemos atender un número de obras y eso lo sabemos y solo tenemos que cuadrar que empiecen todas a la vez“.
“Es probable que esto se quede ya de por vida porque inviertes más tiempo pero se ahorra mucho en costes y podemos mantener precios muy atractivos“, señalan. Intentan también que el envío de materiales se destine directamente a un único almacén o sino organizan una ruta de reparto y un mismo día lo distribuyen todo.
Son conscientes además de que la inflación está erosionando el poder adquisitivo de sus clientes, así que desde el principio les asesoran para que ahorren lo máximo posible. Les recuerdan que podrán beneficiarse de un IVA del 10% en vez del 21% si la reforma es de su vivienda habitual y el gasto en materiales no supera el 40% del total de la reforma; les aconsejan ceñirse a las medidas estándar (“a veces por poner una mampara que mida 5 centímetros más que el estándar el precio puede subir de 400 a 1.000 euros”, ejemplifican); o les recomiendan instalar ventanas de PVC y no de aluminio, “que ahora está carísimo”, entre otras medidas para ahorrar.
ElMundo