El intento de Pedro Sánchez de adjudicarse el mérito de la regularización laboral de 67.300 empleados sanitarios es una maniobra propagandística
NotMid 06/07/2022
EDITORIAL
El intento de Pedro Sánchez de adjudicarse el mérito de la regularización laboral de 67.300 empleados sanitarios es una maniobra propagandística que busca devolver a un Gobierno en horas bajas la credibilidad perdida en temas sociales. Pero conviene no presumir de la gestión ajena. La conversión de estos miles de trabajadores de interinos y temporales en fijos ni es iniciativa del presidente ni se traduce en una nueva partida para sanidad en los Presupuestos del Estado: son las comunidades autónomas, que tienen delegadas las competencias en la materia, las que habrán de asumir el coste de la consolidación laboral de sus sanitarios antes de 2024.
Es de justicia valorar positivamente esta mejora laboral para quienes en plena pandemia han velado por la salud de todos en condiciones de inaceptable inseguridad laboral. La medida, fomentada por Bruselas -que insistentemente ha urgido a reducir la temporalidad en la Administración-, es todavía insuficiente para subvenir las graves deficiencias del sistema sanitario, como reconocen los trabajadores. Bien está dar este paso. Pero no puede Sánchez pretender apropiarse de un esfuerzo que recae sobre las arcas de las autonomías. En lugar de eso, al presidente sí le correspondería promover la reforma de un sistema sanitario saturado y con falta crónica de personal. Y no solo se precisa una mayor inversión, sino una adecuada colaboración entre la sanidad pública y la privada.