El Patriarca Cirilo, uno de los principales apologetas de la guerra contra Ucrania, ha logrado evadir las sanciones
NotMid 05/06/2022
OPINIÓN
JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA
Como saben, frente a los que tienen fe y no necesitan pruebas de la existencia de Dios, y los ateos, que afirman su inexistencia, el agnosticismo desconoce pero no niega su existencia. Esa posición tiene una gran ventaja: permite albergar la seguridad de que en caso de confirmación de la existencia de Dios, Vladimir Mijailovich Gundyaev, Patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, que ha encontrado la protección terrenal de Vladimir Putin y del húngaro Viktor Orban, iría al infierno. Solo bajo ese prisma podemos encontrar consuelo en el hecho de que uno de los principales apologetas de la guerra contra Ucrania haya logrado evadir las sanciones a él destinadas en el último paquete aprobado esta semana por el Consejo de la Unión Europea.
Del Patriarca Cirilo, el Papa Bergoglio ha dicho que es un «monaguillo de Putin», pero se ha quedado corto. Cirilo, al que numerosas informaciones sitúan como colaborador del KGB durante la época soviética, bautizó a otro fiel servidor del KGB, Vladimir Putin, y no ha dudado en calificar su régimen con un «milagro de Dios» debido al espectacular aumento del número de rusos que se declaran seguidores de la Iglesia ortodoxa (31% en 1991, 70% en 2022). En sus pronunciamientos, el apoyo al ardor guerrero de Putin es una constante: ya en 2015, calificó la intervención rusa en Siria contra el IS y en apoyo de Asad como una «guerra santa». Y, más recientemente, para indignación de los ortodoxos ucranianos, ha justificado la invasión de Ucrania con el argumento de la propaganda rusa de que en el Donbás se estaba cometiendo un genocidio con el objetivo de exterminar a la población rusa.
Pero Cirilo no solo comparte el relato del Kremlin sobre Ucrania, sino también el que refiere Ucrania como el escenario de una guerra más amplia (también santa) contra Occidente y sus decadentes valores. Cirilo y Putin comparten la misma visión histórica de Rusia como civilización cristiana cuya misión es civilizar a Occidente, lo cual incluye el entusiasta apoyo del Patriarca a Putin para que acabe con los «enemigos internos» (liberales, ateos, gays, feministas, etcétera). Según Cirilo, Dios está del lado de Rusia en esta guerra porque lo que Putin está atacando es el liberalismo decadente de la «falsa libertad» y «las manifestaciones del orgullo gay», lo que explica esas imágenes de curas ortodoxos bendiciendo los aviones que parten a bombardear Ucrania. Cirilo apoya el infierno que Putin ha creado en Ucrania. Que le guarden un sitio en él, por favor.
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