El cese de Paz Esteban es ejemplo de lo que están dispuestos a aguantar Sánchez y Díaz para seguir en el poder
NotMid 11/05/2022
OPINIÓN
EMILIA LANDALUCE
Como Yolanda Díaz demore más su periodo “para escuchar” acabará escuchando silbidos y abucheos en lugar de esas “cosas chulísimas” que dice que ha hecho el gobierno de coalición. El lunes descendió embutida en su LBD (para los profanos en moda: Little black dress, trajecito negro) del coche oficial como si que Podemos se hubiera borrado de Andalucía no fuera con ella.
La sensación de descomposición del Gobierno -y de rebote, de esa izquierda líquida- es tal que parece improbable que aguante hasta 2023 sin que el cielo que Iglesias quería tomar al asalto no acabe derrumbándose sobre la cabeza de Díaz y Sánchez, que es lo que más temía el jefe de la tribu gala de Astérix. Y ya veremos lo que pasa en las próximas generales.
Estos días decía la gente que sabe lo que se cuece que Sánchez no se presentaría a las próximas elecciones si las encuestas no pronosticaban un nuevo mandato de la mano de Yolanda Díaz y los nacionalistas. ¿Su destino en el caso de que no se cumplieran sus expectativas? Algún organismo de esos que pagan tan bien. (O a hacer como ZP en Latinoamérica).
Sánchez lo tiene claro. En sus sueños de Juventudes Socialistas se veía recibiendo en Moncloa, con las gafas de sol en el Falcon, como anfitrión de la OTAN en Madrid, viendo la puesta de sol en Doñana, dando la charla en Davos y para cerrar el álbum de winner… haciendo de presidente del Consejo de Europa en 2023, que tiene el mismo mérito como que te toque ser presidente de la comunidad de vecinos.
Mientras, las instituciones, la economía, la clase media, las fuerzas de seguridad (el CNI es una), la Corona… van desgastándose para que Sánchez se salve a sí mismo. Y lo conseguirá si consigue mantener su legendario crédito internacional, que a veces consiste en ser de esa pasta amorfa que permite ver el bailecito del Parlamento Europeo del lunes sin sentir vergüenza ajena. (Imagino a Putin descojonándose de la decadencia de Occidente).
Aunque puede que eso no sea suficiente. El cese de Paz Esteban mellará la confianza de otros países en España y no hay tonto en varios idiomas que vaya a poder solucionarlo.
Díaz tendrá que elegir si quiere ser la doña Rojelia (con j que no es por el perfil de la marioneta de Mari Carmen) del ventrílocuo Sánchez o empezar a escuchar. Claro que tendría que bajarse del coche oficial para oír los abucheos. También de los que vaya a quedar de izquierdas tras la marcha de Sánchez. Cosas superchungas.
ElMundo