El Atlético tendrá que saltar al Wanda a buscar al City. El riesgo que intentaron evitar en Manchester será una obligación en Madrid. Liverpool se encamina a semifinales
NotMid 05/04/2022
Deportes
Solo Kevin de Bruyne pudo quitarle la razón a Diego Simeone. El belga, ayudado por un chispazo de Phil Foden, que se inventó el pase que cambió la noche, desestabilizó el plan del argentino, terminó con 70 minutos de hartazgo en Manchester y posibilitó que el City salga con ventaja de su feudo ante el Atlético de Madrid.
Foden, que comenzó el duelo en el banquillo, tardó un minuto en conectar con De Bruyne y conseguir lo que buscaba Guardiola desde el principio: derribar la poblada defensa de un Atlético que firmó el empate desde el principio y que no consideró atacar hasta la segunda mitad.
Tenía Simeone claro que la eliminatoria no se iba a decidir en el Etihad ni mucho menos. Que perderla en Manchester no era una opción. Que renunciar al juego de ataque era una idea mucho mejor que permitir entrar al Manchester City a su área.
El Atlético, en su primera visita al estadio inglés, se pasó los primeros 45 minutos sin conocer una de las mitades del campo. Vivió pegado a su área, defendiendo en un espacio de 20 metros y con un esquema simple. Dos líneas de cinco. Dos líneas dedicadas únicamente a defender. Incluso Kondogbia se quedó sorprendido cuando intentó armar un contraataque, a la desesperada, y vio que sus compañeros se quedaron atrás. No lo veían claro.
El riesgo no merecía la pena para un equipo consciente de que esto se alargaría, de que la opción pasa por el Wanda. Por eso Jan Oblak aguantaba sin problema los pitos de la grada. El esloveno perdía tiempo y desesperaba a la afición local. Parte del plan. Ni siquiera sus saques directos fuera eran un problema. El objetivo era no descolocarse y el Atlético lo consiguió durante 70 minutos.
El City solo podía disparar desde lejos, focalizar el ataque en un inmenso Cancelo y enviar centros inertes a las manos de Oblak. Esa era la producción de los de Guardiola, acostumbrados a que el premio no tarde en caer.
Pero Simeone conseguía lo que quería. Había anulado 45 minutos de la eliminatoria y tocaba asomar la cabeza. Lo hizo Griezmann, con una carrera desde su campo que se le hizo larga. Lo logró también Marcos Llorente, culminando un contraataque que terminó con un tímido remate al cuerpo de Ederson.
El partido sufrió una minirrotura, suficiente para que se calentase y para que Simeone creyera oler sangre. De una tacada, el argentino sacó a Koke, Griezmann y Llorente, y metió a Cunha, Correa y De Paul. Quería velocidad, meter miedo. Guardiola, que vio el partido estancado y a su rival con un nuevo motor, echó del campo a Gündogan, Mahrez y Sterling para dar entrada a Foden, Gabriel Jesús y Grealish. Tres bombillas.
Surtió efecto inmediato. Foden encontró el hueco. Filtró una pelota para De Bruyne entre tres defensas del Atlético y el belga, un paso por delante, superó por raso a Oblak.
Llegó el temido momento por Simeone, el City logró su objetivo y a Simeone se le cayó el plan. El 1-0 no era un desastre, pero sí la confirmación de que el planteamiento no era infalible, ni mucho menos.
Ahora al Atlético le toca intentar remontar. No le valdrá salir a esperar ni la doble línea de cinco defensas. El Atlético tendrá que saltar al Wanda a buscar al City. El riesgo que intentaron evitar en Manchester será una obligación en Madrid.
Liverpool se encamina a semifinales
El Liverpool se marcha de Lisboa con medio billete a semifinales en la cartera y el camino fácil para rematar el pase en el partido de vuelta
Con goles de Konaté, Mané y Luis Díaz, el Liverpool enfiló este martes el camino a semifinales de la Champions League con un 1-3 ante el Benfica, en un partido que dominaron los “reds” pero en el que un tanto de Darwin Núñez tras el descanso llegó a avivar la esperanza de los portugueses.
Los ingleses pusieron contra las cuerdas al conjunto lisboeta durante la primera parte, con una cómoda ventaja de dos goles ante un equipo que casi no presentó resistencia.
Aunque el Benfica sorprendió tras el descanso y volvió a meterse en el partido con un gol de Darwin Núñez, las “águilas” no fueron capaces de resistir hasta el final la superioridad del Liverpool, que sentenció en el minuto 87 con un tanto de Luis Díaz.
El combinado de Jurgen Klopp salió con ganas de dejar la eliminatoria solucionada para poder centrarse en el partido de este fin de semana ante el Manchester City, en el que se juega la Premier League.
Salah asustó en los primeros minutos cuando no llegó por poco a controlar un pase en profundidad de Luis Díaz que le dejaba solo delante de Vlachodimos y que cortó el argentino Otamendi.
Fue un aviso de lo que sería la primera parte, un monólogo inglés ante un Benfica que esperaba aguantar los embates rivales y poder aprovechar alguna salida a la contra, pero no tuvo suerte.
El dueño del partido era el Liverpool, que obligó a salir en más de una ocasión a Vlachodimos para salvar a su equipo, poco preciso e incapaz de aguantar el balón más de unos pocos pases seguidos.
Con tanto buscarlos, los goles de los ingleses no faltaron y se pusieron 0-2 al descanso.
En el minuto 17, Konaté se elevó en un lanzamiento de córner y remató de cabeza a las redes, en el que fue su primer tanto esta temporada.
El segundo vino de un pase en largo de Alexander-Arnold en el minuto 34. Luis Díaz, que tiene experiencia contra el Benfica porque hasta hace escasos meses militaba en el Porto, dejó el balón de cabeza a Mané, que sólo tuvo que empujarlo.
El panorama auguraba una segunda parte plácida para el Liverpool, pero el Benfica tenía otros planes y lo dejó claro nada más reanudarse el juego.
El reloj marcaba el minuto 49 cuando los locales sorprendieron a su rival con un gol que volvía a meterlas en el partido, al aprovechar un error de Konaté.
Un pase de Rafa se coló entre las piernas del francés y Darwin Núñez, el arma más letal del Benfica esta campaña, no falló de cara a portería. El uruguayo, de 22 años, ya suma 28 goles en todas las competiciones esta temporada.
El tanto era lo que necesitaba el Benfica para animarse, ante un Liverpool que ya no estaba tan cómodo sobre el césped.
Los encarnados dejaron varios avisos a su rival y llegaron incluso a reclamar efusivamente un penalti cuando Darwin cayó en el área, pero el árbitro no pitó nada.
Descontento con lo que veía en el campo, Jurgen Klopp quiso refrescar sus filas, especialmente el ataque, y dio entrada a Diogo Jota, Firmino y Henderson, en busca de un gol que diese tranquilidad a los “reds”.
El tanto llegó, pero se hizo esperar. Keita puso un pase en profundidad en el minuto 87 a Luis Díaz, que regateó a Vlachodimos y sentenció el partido.
El Liverpool se marcha de Lisboa con medio billete a semifinales en la cartera y el camino fácil para rematar el pase en el partido de vuelta, que se jugará en terreno inglés el miércoles día 13.
Agencias