NotMid 20/03/2022
Deportes
Está N°4 del mundo, con 35 años, y se mantiene invicto en esta temporada en 20 partidos. Sigue con la mano caliente. Rafael Nadal, el hombre en cuestión, ahora con récord de 77 semifinales en los Masters 1000, alcanzó la marca tope de estar en semis de los torneos de ese nivel durante 18 años consecutivos.
En el partido que personificaba el presente contra el futuro del tenis español y mundial, Rafael Nadal volvió a cerrarle la puerta a Carlos Alcaraz, esta vez en las semifinales de Indian Wells. Nadal jugará así la gran final del primer Masters 1000 de la temporada ante el estadounidense Taylor Fritz (este domingo, a las 23.00 hora española) que ganó en la otra semifinal al ruso Andrey Rublev por 7-5 y 6-4 en una hora y 50 minutos.
El pasado 5 de mayo de 2021, e la segunda ronda del Mutua Madrid Open, el balear apenas cedió tres juegos ante su rival. Carlos anunciaba en la previa que esperaba que las cosas fuesen diferentes porque es un tenista muchísimo más armado. Así lo demostró.
Nadal pudo vencer a su compatriota por 6-4, 4-6 y 6-3, pero la sensación que dio es que las diferencias entre ambos se han acortado hasta la mínima expresión y más que se acortarán con el paso de los días y los meses.
Así, Nadal continúa brillando en 2022. Y eso que venía de un cierre de año con dudas por una lesión en un pie. El campeón del Abierto de Australia, que se adjudicó los tres certámenes que disputó en esta temporada, ahora se dio otro lujo grande, a su medida.
En Miami 2005, Nadal alcanzó su primera semifinal en un torneo de categoría Masters 1000. Aquella vez, el zurdo de Manacor le ganó el duelo español a David Ferrer, para finalmente caer en una gran final ante el suizo Roger Federer en cinco sets, tras llevarse los dos primeros.
Además, se transformó en el tenista con más temporadas de diferencia entre la primera y última presencia en semifinales en Indian Wells, con 16 años, al superar los 15 de Federer, quien llegó a esa instancia en el desierto californiano entre 2004 y 2019.
Nadal acumula 36 títulos en los Masters 1000 y se puso a dos victorias de igualar nuevamente al serbio Novak Djokovic con 37 copas de ese nivel, el siguiente a los cuatro Grand Slam, con la confianza reforzada después de un duro y exigente choque frente al australiano Nick Kyrgios en cuartos de final.
Su continuidad en la elite mundial es asombrosa. El español cumplirá 36 años en junio y ahora ya llegó al menos a una semifinal de Masters 1000 de forma sucesiva desde 2005. Es más: sólo en 2020 no jugó una final de ese nivel, ya que por la pandemia del Covid-19 actuó en menos torneos.
Su compatriota Carlos Alcaraz, de gran futuro, es su próximo rival, el sábado. Y justamente este pibe tiene 18 años, la cantidad de temporadas seguidas de Nadal jugandos semis de M1000. Una comparación que le da mayor dimensión a esta nueva marca del eterno Rafa. Sin dudas.
Ya son cinco las finales en el desierto californiano del campeón de 21 grandes, que se elevan hasta las 53 en todos los Masters 1.000. De momento, 36 ganadas y 16 perdidas. Buscará su cuarto entorchado en el Tennis Garden y el primero desde 2013.
Nunca antes había habido tanta diferencia de edad entre dos semifinalistas del torneo. Nadal, 35 primaveras, saltaba a jugar contra alguien 17 años más joven que él. Alcaraz, de hecho, optaba a convertirse en el finalista más joven de un evento TMS.
La organización tuvo un detalle con los protagonistas y situó en la silla a su compatriota Nacho Forcadell. El sorteo fue en castellano y Carlos eligió restar, algo que a su rival ya le iba bien porque prefiere empezar sacando.
El joven murciano empezó como un ciclón. Suyos fueron los dos primeros juegos después de salvar cinco pelotas de ‘break’ de todas las formas posibles. Habían pasado 17 minutos donde todo lo hacía el jugador señalado a dominar el tenis en un futuro inmediato.
Rafa estaba nervioso por la dimensión y la precocidad de su contrario. A sus errores no forzados le unía una doble falta. Estrenaba su marcador a los 22 minutos tras levantar un 0-30: 2-1.
El campeón de 21 grandes, con una trayectoria repleta de partidos parecidos, esperaba su momento en la retaguardia. A la séptima bola llegó su rotura para firmar el empate a dos.
No se quedaría ahí Nadal, que encadenaría cuatro juegos en un visto y no visto. Alcaraz volvería a escena con su segundo ‘break’.
El balear se desesperaba con su bajo porcentaje de efectividad en pelotas de rotura: 2/12. Llegaría a ser de 2/16. Necesitó cinco oportunidades para decantar a su favor la manga inicial. El viento huracanado molestaba más el tenis del jugador de El Palmar.
Rafa es uno de los mejores del mundo sin viento. Pero era, sin duda, al menos hasta la semifinal, el mejor del mundo cuando está presente. El pupilo de Juan Carlos Ferrero le puso actitud para aclimatarse a un hábitat nuevo para él.
Rompió el saque de su oponente en el quinto juego de la continuación para adelantarse por 3-2. Los restos se imponían a los saques.
Agencias